EL DEBATE SOBRE LA INTEGRACIÓN

Alemania descubre que necesita a sus inmigrantes

La falta de 400.000 profesionales se puede cubrir con residentes cualificados

La Vanguardia, , 19-10-2010

RAFAEL POCH – Berlín. Corresponsal
Alemania tiene un agujero de hasta 400.000 profesionales, sobre todo en los ámbitos de la ingeniería, la asistencia social y la medicina. Los inmigrantes ya residentes en Alemania son la solución. Así lo afirman el presidente de la Cámara de Industria y Comercio alemana, Hans Heinrich Driftmann, y la ministra de Educación, Annette Schavan, entre otros. En el bullicio del debate xenófobo aparece la paradoja.

Mientras Alemania se enzarza en el agresivo debate europeo contra la inmigración, que la crisis sirve como plato caliente al público como compensación y consuelo por el impune fraude financiero que ha esquilmado sus presupuestos, la ministra de Educación revela que sólo los inmigrantes pueden llenar una carencia de profesionales que le cuesta anualmente al país un punto porcentual de su PIB. El agujero de 400.000 profesionales se puede llenar, en gran parte, con inmigrantes que ya viven en Alemania. Se trata de integrar en el mercado laboral a esos médicos rusos que trabajan de enfermeros, a las pedagogas ucranianas que hacen faenas domésticas y a los ingenieros árabes o persas que friegan platos en restaurantes o conducen taxis. Se estiman en unos 300.000 y vienen como anillo al dedo para suplir esa carencia que lastra la economía germana, dice Schavan, la más íntima colaboradora que la canciller Angela Merkel tiene en el Gobierno.

Mientras el líder bávaro Horts Seehofer afirma que “Alemania no es un país de inmigrantes ” y la canciller proclama el “fracaso total” del multiculturalismo, sin rechazarlo, Schavan dice que “no es la inmigración lo que debería molestarnos, sino la marcha de emigrantes, porque si no hacemos nada, la escasez de mano de obra cualificada se convertirá en el mayor freno para el crecimiento”. Su ministerio anuncia un proyecto de ley para dinamizar la incorporación profesional de inmigrantes con gran cualificación.

“Es más sencillo encontrar el tesoro oculto en nuestro país que buscar nueva fuerza de trabajo en tierras lejanas”, dice la ministra de Educación en declaraciones al Financial Times Deutschland.Su pacto: “Esperamos de los inmigrantes que acepten nuestros valores, y ellos por su parte pueden esperar que reconoceremos su cualificación”.

Paralelamente se elevan voces contra el “conflicto de civilizaciones y valores” al que se han entregado algunos políticos. Entre menciones a los “valores cristianos” en el discurso sobre la inmigración y su integración en Alemania, el secretario general de los liberales (FDP), Christian Lindner, subrayó la independencia de los valores republicanos y constitucionales respecto de la religión. “El cristianismo no es la religión de Estado de Alemania, sino una opción personal de sus ciudadanos”, puntualizó.

También Friedrich Wilhelm Graf, un conocido teólogo protestante de Munich, afirma que “no hay que bautizar la Constitución”. “Eso no haría más que complicar las cosas”, dice, en una entrevista con el Suddeutsche Zeitung.Su receta en materia de expresión de convicciones religiosas en espacios públicos, como el controvertido uso del velo islámico, es que “más flexibilidad y apertura es más razonable que más represión”. Graf dice que la neutralidad del Estado debe defender el reconocimiento de las particularidades religiosas. En el actual debate, el uso del término “judeocristiano” es peligroso “porque relativiza la diferenciación entre religión y derecho”, dice. “El Estado constitucional liberal se nutre, precisamente, de que es neutral en lo religioso y de que distingue con precisión entre cuestiones morales, religiosas y jurídicas”, afirma.

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