La llegada de 3.192 extranjeros compensa la marcha de 948 mirandeses en 5 años
Los residentes de otros países son ya el 13,5% de la población en esta ciudad; cuatro puntos por encima de la media provincial
El Correo, , 14-10-2010La diversidad gana terreno. Es el rasgo que mejor define el cambio social que esta ciudad ha venido experimentando en los últimos años. Un tejido industrial asentado, un contexto económico bollante, y su emplazamiento, cercana a grandes capitales y a caballo entre tres comunidades autónomas, han llevado a Miranda a liderar el porcentaje más alto de población extranjera de Burgos. Los últimos datos que aporta el Anuario Económico de España 2010, elaborado por el departamento de estudios y análisis de La Caixa, cifran en un 13’5% el total censado frente al 9% de la provincia. En el descenso al detalle, el nivel es incluso superior al que se registraría tanto en la capital (9,5%) como en Aranda (11%).
El guarismo habría ganado aún mayor proporción desde 2008, cuando el número oficial de residentes cambió de tendencia. Por primera vez desde 1999, el global de población inscrita en Miranda comenzó a bajar. De acuerdo con los datos extraídos del mismo informe, la caída ha sido de 325 personas, tomando como referencia los 39.264 con los que se cerró el censo de 2009.
Pero el fenómeno de la inmigración se aprecia con mayor claridad cuando se acota el análisis al último lustro. En este periodo, Miranda habría perdido 948 ciudadanos. Se dieron de baja buscando destino en otras provincias o en otros países, fundamentalmente europeos. Pero frente a esta evasión, se pudo constatar la incorporación de 3.192 personas. Hoy son 5.334, según el último padrón municipal, y tienen su origen en 59 nacionalidades. De acuerdo con los datos reflejados por este periódico hace apenas un mes, la presencia más numerosa continúa siendo la tradicional, la portuguesa (1.775; el 32% del total). A ella seguirían las comunidades rumana (691), marroquí (647), ecuatoriana (379) y boliviana (257).
La mayoría tiene fijada su residencia en viviendas del Casco Viejo y el entorno de Entrevías fundamentalmente en las calles Gregorio Solabarrieta, Santa Lucía o Leopoldo Lewin. También hay un núcleo importante de residentes de otros países domiciliados en Ramón y Cajal. Son áreas en la que los precios tanto de compra (fundamentalmente se trata de viviendas de segunda mano) como de alquiler han tenido en los últimos años un precio base más bajo que en otras calles del ensanche mirandés.
Sobre la base de este mismo periodo, el abarcado entre los años 2004 y 2009, el saldo poblacional habría sido positivo con 2.244 altas en el Padrón Municipal de Habitantes. Un colchón que, evidentemente, lo ha aportado la llegada de extranjeros. Esos flujos que han remitido ligeramente desde 2008 han hecho posible un incremento del 6,1% en apenas cinco años. Un dato que contrasta notablemente con las variaciones de población que se experimentaron entre 1996 y 2001 (1,2%) y, sobre todo, con la que se registró en el primer lustro de la década de los noventa, cuando se llegó a cuantificar una caída poblacional del 2,1%.
La variación más alta
Aranda, que cerró su censo de 2009 con 6000 habitantes inscritos menos que Miranda, consiguió superar entre 2004 y 2009 ese 6,1% de crecimiento que se dio aquí. Pero de forma apenas imperceptible. Su estadística refleja un 6,6% de subida. El fenómeno ha sido espectacularmente más alto en otras localidades vecinas, como es el caso de Briviesca, que ha crecido casi un 18% durante este periodo.
Pero Burgos, entre los grandes núcleos poblacionales de esta provincia, no rebasa los niveles de Miranda o Aranda. Se ha quedado en un 5,5%. Eso sí, el ritmo de crecimiento medio anual se ha mantenido parejo en las tres localidades, según el análisis estadístico de La Caixa. Se movería entre el 1,3 de Aranda y el 1,1 de la capital. El de Miranda ha estado a caballo de ambos (1,2 puntos).
El desempleo ha contenido la llegada de inmigrantes al tiempo que ha hecho que aumente el número de ciudadanos que optan por buscar empleo en otros lugares. El último año se cerró con un 7,5% de la población afectada por el desempleo sobre un total de 39.264. El dato del pasado mes de septiembre concretaba en 3.562 el número de inscritos en las listas del Ecyl. Si se mantiene el mismo valor proporcional, hoy se habría llegado ya al 9%.
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