El Gobierno español ha asegurado este miércoles que la relación con Marruecos «marcha bien» aunque ve «margen de mejora» en la cooperación sobre cuestiones migratorias, a pesar de los resultados «considerables» logrados en los últimos años en este campo.

Así se ha pronunciado el secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos, Juan Pablo de Laiglesia, en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, donde comparecía para hablar de la política del Gobierno hacia el Magreb y el Mediterráneo. Entre los resultados conseguidos en el campo de la cooperación migratoria, se refirió al «descenso acusado en el número de inmigrantes irregulares» que llegan a España procedentes de Marruecos y al funcionamiento «satisfactorio» del acuerdo de repatriación de ‘sin papeles’. También se mostró convencido de que la reciente decisión de crear comisarías conjuntas en Tánger y Algeciras «reforzará aún más la cooperación en materia de inmigración ilegal y la lucha contra el crimen».

De Laiglesia considera «superados» los incidentes de este verano en la frontera de Melilla y precisó que el nuevo embajador de España en Rabat, Alberto Navarro, ya está «instalado» allí, si bien no ha podido precisar cuándo se incorporará el nuevo representante de Marruecos en Madrid, ya que se trata de una decisión «soberana» del reino alauí, cuyo monarca aún no lo ha nombrado oficialmente.

El senador del PP Alejandro Muñoz Alonso ha criticado la imagen de «acobardamiento y resignación» que, a su juicio, dio el Ejecutivo español durante la última «crisis» vivida con el país vecino por las acusaciones de «racismo» que vertió contra la Policía y la Guardia Civil. De Laiglesia rechazó que el Gobierno actuara con resignación o acobardamiento y ha defendido que la reacción del Ejecutivo a esos incidentes fue «rápida y eficaz», porque permitió que se solucionaran.