SE sorprenden de estar en el punto de mira. No comprenden por qué tantas vueltas a una situación que la mayoría de ellas ha aceptado sin rechistar. Porque lo hizo su abuela y su madre y siempre ha sido así. No hablan el español con soltura, pero poco a poco se van defendiendo. En general, delante de sus maridos, que presumen de mayor conocimiento religioso, y que matizan sus palabras, en tono afable.
Son las mujeres musulmanas que residen en Navarra, un colectivo heterogéneo en el que conviven diversidad de opiniones. La gran mayoría, localizadas sobre todo en la Ribera, son oriundas del norte de África, y optan por salir a la calle con el hiyab, aunque existen también otras opciones: mujeres que no se cubren el pelo y musulmanas con burka.

Este reportaje aborda las opiniones de estas mujeres sobre la tradición religiosa que aboga por que el cabello o el cuello, o incluso cualquier parte del cuerpo en los casos más extremos, no esté a la vista cuando se sale a la calle o se reciben visitas en casa. A la hora de hablar con algunas de estas mujeres , la presencia de un periodista varón motivó que se cubrieran durante la charla, mostrando más confianza ante la mujer. En general, aseguran, nunca se han planteado la oportunidad de desprenderse de una prenda que consideran parte de su identidad.