REUNIÓN EN EL VATICANO
Sarkozy y el Papa se esfuerzan en limar asperezas por los gitanos
El dirigente francés buscó la audiencia tras la crítica del Pontífice a las expulsiones. El jefe del Elíseo dice que la lucha contra la inmigración ilegal es un «imperativo moral».
El Periodico, , 09-10-2010El presidente francés, Nicolas Sarkozy, fue recibido ayer por Benedicto XVI en el Vaticano tras la polémica de este verano por la expulsión de gitanos, en una entrevista programada para limar asperezas. Imperaron las buenas palabras y la amabilidad, pero ambas partes acabaron manteniendo sus posiciones sobre el tema en sus declaraciones posteriores.
En un almuerzo ofrecido a la curia romana tras la reunión de media hora con el Papa, Sarkozy insistió en que «la lucha contra la inmigración ilegal, que provoca tanto dolor y drama y priva a los países más pobres de sus fuerzas vivas, es un imperativo moral». Sarkozy hizo estas declaraciones ante el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone.
Poco antes, el cardenal francés Jean – Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, había pedido en la basílica de San Pedro «valentía y perseverencia» a los políticos franceses para que «acojan a los perseguidos y a los inmigrantes ».
El Vaticano, por su parte, emitió un comunicado en el que aseguró que el encuentro entre Benedicto XVI y Sarkozy se había desarrollado en un ambiente de «gran cordialidad». Ambos hablaron, según la nota, de asuntos de actualidad internacional como la paz de Oriente Próximo, la situación de los cristianos en varios países y «la importancia de la dimensión ética y social en la economía». Según este comunicado, las dos partes subrayaron «la voluntad recíproca de mantener un diálogo permanente».
RÉPLICA A LAS CRÍTICAS / El pasado 22 de agosto, Benedicto XVI se dirigió a unos peregrinos franceses desde su residencia de Castel Gandolfo afirmando que se debía «saber acoger las legítimas diversidades humanas», lo que se interpretó como una crítica a la situación de los gitanos en Francia. Desde entonces, Sarkozy trató de conseguir esta audiencia con el Pontífice para contrarrestar las críticas internas de cardenales, asociaciones católicas y políticos democristianos.
Según una encuesta del diario Le Monde, el grado de satisfacción de los católicos en Francia con el presidente ha pasado del 74% al 50% desde su elección y algunos de ellos podrían quedarse en casa en las próximas presidenciales.
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