Madrid
«Ordenan cacerías contra los “ñetas” y palizas a disidentes»
Un testigo protegido relata al juez los métodos mafiosos de los «latin kings»
ABC, , 08-10-2010Conforme transcurren las sesiones del juicio contra la cúpula de los «latin kings», surgen nuevas pruebas y testimonios no sólo de su jerarquía y organización, sino de la inexistencia de escrúpulos en su funcionamiento interno. El testimonio, ayer, de un ex componente del grupo reveló que tanto los disidentes como los archienemigos del grupo, los «ñetas», eran objetivos de palizas y «cacerías».
El testigo protegido que compareció ayer en la Audiencia Provincial pudo hacerlo tras un biombo y acompañado de un psicólogo forense; pero su voz no fue distorsionada, pues, precisamente, cuando se celebró el anterior juicio en 2007 y que ahora se repite, uno de los defectos de forma que se hallaron fue que las voces habían sido alteradas en el transcurso de la vista oral. Aun así, el ex «latin» no tuvo problemas para narrar con pelos y señales lo que ocurría dentro de la banda. Ingresó en el capítulo de Galapagar, el originario, porque creía que se trataba de un grupo juvenil que luchaba contra el racismo. Pero, pronto, se dio cuenta de que aquello no era más que una pantomima: «Tenías que pegar a otras personas y pagar dinero», confesó. Los «latins» abonaban a la banda cuotas de 2 o 3 euros semanales, y otras extraordinarias de 6. En caso contrario, había que dejar de «fianza» una prenda y conseguir el dinero como fuera.
En el vértice superior del grupo, creado en febrero de 2000, se encontraba su fundador, Eric Velástegui, en prisión desde 2003, condenado a 21 años por violación, y a quien se le sigue reconociendo como líder del grupo desde la cárcel. Madrid se convirtió en lo que llaman el «Reino Inca», dividido en «capítulos». En la cúspide, están los llamados «sagrados», seguidos de los «supremas».
Paliza tras un concierto
Pues bien, esos «sagrados» ordenaban que a quienes se salieran de la línea seguida por la banda se le respondiera con brutales palizas. También lo que llaman «cacerías» contra los «ñetas», que en algunas ocasiones han terminado en homicidios. Y una de las víctimas fue el testigo protegido de ayer. Primero fueron amenazas. Luego, pasaron a la acción. A la salida de un concierto celebrado en Collado Villalba, miembros del capítulo de esa localidad serrana recibió una tunda de palos.
En este asunto hay once imputados, acusados de asociación ilícita y lesiones. La Fiscalía solicita penas de entra uno y cuatro años de prisión. El resto de testigos protegidos declararán a partir del próximo día 13.
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