El presidente alemán llama a la integración de los musulmanes
Wulff reivindica a la comunidad islámica como parte de la cultura y la sociedad El jefe del Estado pide respeto mutuo y «no caer en una falsa confrontación»
El Periodico, , 04-10-2010Veinte años después de la reunificación, el presidente Christian Wulff instó a los alemanes a conseguir otra unidad: la integración de los extranjeros residentes en Alemania, y en especial la de los musulmanes (unos 4 de los 82 millones de habitantes del país). En un discurso pronunciado ayer en Bremen con motivo de la conmemoración de este aniversario, Wulff en una actitud sin precedentes en la jefatura del Estado alemán abrió su mano a la comunidad islámica y dijo que su inserción es el mayor desafío de Occidente: «También soy presidente de los musulmanes, con la misma pasión y convencimiento con la que soy presidente de todas las personas que viven en Alemania».
Wulff recordó que no solo el cristianismo y el judaísmo pertenecen a la historia cultural de Alemania, sino que también el islam forma parte de la cultura y la sociedad alemanas. Sus palabras llegan en un momento en que la inmigración y sobre todo la deficiente inserción social de algunos grupos musulmanes ha sido y es objeto de debate y polémica. «No nos dejemos caer en una falsa confrontación», instó el presidente.
RECETA PARA LA CONVIVENCIA / «Todos tenemos que tejer la red de la sociedad en la que vivimos», destacó Wulff, quien tras hacer el diagnóstico extendió su receta para la convivencia: «Tolerancia, capacidad de compromiso y solidaridad».
Para ello, el presidente instó a los inmigrantes a aceptar los valores de la cultura alemana: «Vivir en Alemania significa respetar su Constitución y sus valores, así como las reglas comunes de la sociedad, y aceptar nuestro estilo de vida».
En el que fue su primer gran discurso tras su nombramiento, el pasado mes de junio, Wulff miró, pues, al presente y al futuro. Pero también, como reclamaba la ocasión, tuvo palabras para el pasado. El presidente expresó su agradecimiento no solo a los ciudadanos de la extinta RDA y a los artífices políticos de la reunificación, como el excanciller Helmut Kohl y el último primer ministro oriental, Lothar de Maizière. También recordó a los sindicalistas polacos que dieron vida a Solidaridad e iniciaron la revolución en el Este, a Hungría por abrir sus fronteras en el verano de 1989 y a Rusia y el último presidente soviético, Mijail Gorbachov, por facilitar el proceso de unificación de Alemania.
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