El Patronato, colegio con solera
La Verdad, , 03-10-2010Alumnos bajando las típicas escaleras del Patronato, en 1999. :: ANTONIO GIL / AGM
Nunca en Cartagena una institución (colegio, en este caso, y con solera), ha acusado tanto el efecto de los cambios con el paso del tiempo como El Patronato (no es necesario colocar apellidos), que funciona desde 1900 en la calle Saura, entre las de las Beatas y la Gloria. Fue el año de su construcción, aunque las raíces se sitúan en la muy cercana plaza de la Merced o El Lago, en la que se desenvolvía la Casa de Expósito y Colegio San José, con la relevante figura de Sor María Mahilan como superiora de la comunidad de Hijas de la Caridad. Entonces nadie podía sospechar que un siglo después el alumnado iba a estar compuesto por niños de diez nacionalidades diferentes. Una Torre de Babel. Esta especial ONU escolar no molesta a nadie, naturalmente si uno no es racista, y se asume pero los fundadores se llevarían hoy las manos a la cabeza, asombrados por el cambio radical experimentado.
La inmigración trajo al Patronato (del Sagrado Corazón de Jesús) de la mano de sus familias a criaturas de Marruecos, Polonia, Rumanía, Senegal, Malí, Ecuador, Colombia así que de los actuales 160 alumnos, atendidos por tres religiosas y un cuadro seglar de profesores, muy pocos son españoles, y católicos, por ahí, por ahí Algo impensable hace cuarenta o cincuenta años cuando al centro escolar de la calle Saura acudían los nenes, generalmente de familias de clase media o baja con recursos o sin recursos, de pantalón corto que con los años se convertirían en comerciantes, abogados, militares, médicos, periodistas, sacerdotes, empleados de Banca e industriales de reconocida valía y aceptación.
(El sello del Patronato es mucho sello Cuando uno habla con un ex alumno enseguida cae en la cuenta del sano orgullo que manifiestan por esa condición).
La lista de alumnos destacados en toda la historia se haría interminable si me propusiese estirarla, pero una selección al azar colocaría entre los ‘patronateros’ de pro al escritor y militar Isidoro Valverde, el poeta José Ruipérez Peragón; el industrial y agente de seguros Mariano Pérez Antón, Antonio Pérez García, Cristóbal López Marín (personaje que batió una marca nacional como donante de sangre), el cura José María Torres Montañés, el periodista José Monerri Murcia, Ángel Joaquín García Bravo, José Marín Maestre – uno de los pilares del actual equipo directivo – , Tomás Martínez Pagán, Benito Lauret Mediato, Antonio Lauret Navarro, José Sánchez Marroquí, Baltasar Sánchez Grau, el futbolero José Egea Leal, Juan GálvezCánovas, Antonio Navarro Olmos, Agustín Alcaraz, el ex concejal José Martínez Martínez, el actor Antonio Molina, Federico Gálvez, los hermanos Linares, Andrés y José, quienes tras ser alumnos fueron profesores. Y José Eduardo Pérez Madrid, autor de un libro de lectura imprescindible para conocer a fondo la historia del colegio.
Afectado por las bombas
En 1939 un bombardeo en plena Guerra Civil destruyó el edificio, que sería reinaugurado en septiembre de 1943 siendo superiora Sor Josefina Pescador. En 67 años funcionando ha experimentado ampliaciones con las anexiones de solares colindantes y en la jornada del 29 de octubre próximo celebrará con solemnidad la recuperación de su fachada, una labor a la que se han dedicado a fondo los directivos de la Asociación de Hijos de María, compuesta por unos 250 ex alumnos con las imprescindibles ayudas institucionales, sin olvidar los euros enviados por la comunidad de religiosas de Madrid. Algo especial tendrán estos buenos hijos en la eficacia al gestionar cuando han conseguido el milagro de que una tremenda madeja de cables hayan desaparecido de la fachada al estorbar estética y materialmente. Técnica y administrativamente parecía imposible.
En la actualidad el singular y cartagenerísimo colegio del Patronato, el único que se mantiene en el casco viejo, es regido por Sor María Rosa Alcaraz, madrileña, y anteriormente lo fue por Sor Rosalía Larreategui, y tiempo atrás por Sor Isabel Bachiller y Sor Carmen de la Braña, y Sor Alcolea, de 96 años, que vive en Madrid, y que fue la sucesora en el cargo de Sor Carmen de la Braña. Quien superó con estoicismo el marrón de moverse entre los escombros del edificio destruido en la Guerra para reconstruirlo con las ayudas pertinentes fue Sor Josefina Pescador.
Algunas de las personas que han trabajado por y para El Patronato han recibido la recompensa moral de una distinción otorgada por el Ayuntamiento y en este capítulo se recuerda que el 28 de febrero de 1972, las religiosas de la Caridad, Matilde Fernández Asensio y en 1984, Rosa Alabart Blasco y Antonio Lauret Navarro recibieron el título de hijos adoptivos.
La cultura por delante
La atención a lo cultural ha sido en todo tiempo motivo de máxima atención en la labor del Patronato. Como una obsesión. Manejó los hilos del teatro y de la zarzuela, y además fue cantera de artistas por los años 50 y 60, con representaciones en el propio colegio por un elenco de actores de su cosecha. Baltasar Sánchez Grau fue uno de sus directores. La poesía era muy cultivada y abundaban los certámenes literarios cuando la oferta cultural era escasa en la ciudad, comenta José Marín Maestre.
Hubo una cierta y sana rivalidad, en el aspecto cultural y específicamente de la actividad teatreal, con la Casa de Misericordia.
Los devotos ex alumnos también participaron en un acontecimiento de relieve internacional, en 1952, como fue el Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona. El Patronato organizó un viaje en aquellos tiempos en que los autocares no estaban para muchos trotes y buen número de pasajeros solían viajar arriba, en la baca. De antemano pudieron presumir de contratar un autobús moderno, de los que llamaban la atención, pero a la hora de la verdad se llevaron el chasco de que en el trayecto a Cataluña aquel magnífico vehículo pinchó tres o cuatro veces antes y después de pasar por las cuestas de Garraf, además tuvo alguna avería y tardó 28 horas en hacer el desplazamiento. Está claro que las apariencias engañan.
(Puede haber caducado)