LA COMISIÓN Europea no se ha atrevido a sancionar a Francia por la expulsión de gitanos de su territorio. Bruselas anunció ayer que abrirá un expediente al Gobierno galo por la cuestión técnica de no trasponer el derecho comunitario de circulación de personas a la legislación francesa, pero no aludió en ningún momento al desmantelamiento de los campamentos de ciudadanos rumanos y búlgaros del país. Francia tiene ahora dos semanas para incorporar la normativa antes de que el expediente siga su curso. Se trata de un triunfo de Nicolas Sarkozy que vuelve a poner de manifiesto el escaso poder de la Comisión ante los grandes socios de la Unión. Y deja en muy mal lugar a la comisaria Viviane Reding, que se enfrentó con vehemencia al presidente francés por las expulsiones.