Francia sale «con la cabeza muy alta» de su polémica con la Comisión Europea sobre su trato a los gitanos. El Gobierno se felicitó ayer de la decisión de Bruselas y se mostró especialmente satisfecho de que no lo acusen de discriminar a los gitanos.

El ministro de Inmigración, Eric Besson, dejó clara la alegría del Ejecutivo, que de momento se libra de sanciones por sus desmantelamientos masivos de campamentos de gitanos y la repatriación forzosa de sus ocupantes. «Regocijémonos todos», proclamó Besson en la Asamblea Nacional, «Francia sale con la cabeza muy alta del intercambio que ha tenido con la Comisión; es una buena noticia para todos los republicanos».

Besson añadió que «lo más importante es que la Comisión ha constatado que no ha habido discriminación» ni en el desalojo de campamentos ni en las expulsiones.

En una nota oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores se felicita de que el Ejecutivo comunitario no haya iniciado procedimiento alguno por vulneración del derecho a la libre circulación de personas en el espacio europeo y de que tomara nota de las garantías facilitadas por París de que las medidas no tenían como objetivo «una minoría específica».

El comunicado expresa todo su apoyo a «la aceleración del trabajo relativo a la integración de los gitanos» y recalca en su último párrafo que «esta movilización europea debe ser social, económica, cultural, pero también policial y judicial».

Otra interpretación

Frente a la complacencia gubernamental, los socialistas no interpretan la decisión de Bruselas como una absolución y recalcan que «la Comisión mantiene todos sus reproches». El diputado Christophe Caresche recordó que «Nicolas Sarkozy salió del Consejo Europeo asegurando que no había problema, y manifiestamente los problemas continúan». La oposición deduce que «las explicaciones dadas por el Gobierno francés desde el verano no han convencido» y que ahora debe esforzarse en responder con celeridad a las nuevas demandas de información de la Comisión, «garante de cómo deben aplicarse las directivas europeas».

Mientras la Asamblea Nacional continuaba ayer debatiendo la nueva ley de inmigración, los diputados de la derecha se indignaban: el prestigioso semanario estadounidense Newsweek sale en su última edición con una gran fotografía de Nicolas Sarkozy en su portada para ilustrar el avance de la extrema derecha en Europa.