TRIBUNA
La tentación extremista en la UE
Cree urgente abordar con rigor el fenómeno de la inmigración y cómo hacerla compatible con el Estado del Bienestar
El Mundo, , 29-09-2010Las elecciones suecas han producido tres hechos insólitos en el país que durante años ha sido paladín de la socialdemocracia europea y tierra de promisión para asilados e inmigrantes de toda clase y condición. Me refiero a la revalidación del triunfo del centroderecha, al desplome electoral de los socialistas y al preocupante ascenso de la extrema derecha.
La coalición de centroderecha cuenta con muchas probabilidades de revalidar Gobierno, cosa que nunca había ocurrido antes. El primer ministro, Fredrik Reinfeldt, ha vuelto a ganar y lo ha hecho porque ha sabido respetar el modelo social sueco y, es más, porque lo ha mejorado corrigiendo abusos y adecuándolo a la globalización. Los suecos han premiado, además, su capacidad para armonizar inteligentemente inmigración y seguridad pública, de un lado, y competitividad económica y bienestar social, de otro.
El segundo hecho insólito es que los socialistas han obtenido su peor resultado desde 1914. La socialdemocracia se ha quedado sin mensaje y, al parecer, sin espacio en prácticamente todos los países desarrollados desde que el Muro de Berlín se les cayó encima. Sólo hace dos años parecía que la socialdemocracia podría resucitar al calor de una crisis que, según sus portavoces más autorizados, era debida a los excesos la derecha ultraliberal. Esta ilusión duró poco y hoy los partidos socialistas en Italia, Francia, Alemania y Reino Unido están enredados en la búsqueda de libreto y de autor. Los electores europeos parecen haber comprendido que los socialdemócratas ni entendieron la crisis ni tienen las recetas necesarias para superarla.
El sociólogo italiano Raffaelle Simone decía el pasado 11 de septiembre en Le Monde que hay un agotamiento intelectual de la izquierda y que eso explicaría que, a día de hoy, sólo seis de los 27 países que forman parte de la UE (Austria, Chipre, Eslovenia, España, Grecia y Portugal) estén gobernados por los socialdemócratas, cuando hace 10 años gobernaban en 11 de los 15 países que formaban parte de la entonces Comunidad Europea. Simone, viejo parroquiano socialista, constata con dolor que la izquierda parece no haber comprendido nada del verdadero cataclismo cultural que ha supuesto el triunfo absoluto del individualismo y consumo de masas.
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