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El paro aboca a la ilegalidad a inmigrantes que habían salido de la marginación
extranjeros en gipuzkoa (i) > El paro aboca a la ilegalidad a inmigrantes que habían salido de la marginación Las atenciones crecen un 30% hasta las 18.000 personas Cáritas denuncia las trabas de un número creciente de extranjeros para acceder al padrón y a la vivienda
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 24-09-2010Donostia. Le llaman ilegalidad sobrevenida, y campa a sus anchas en el territorio. Sólo un inmigrante sabe lo costoso que resulta iniciar un proceso de inserción, venir con lo puesto, encontrar un empleo gracias al cual renovar su tarjeta de residencia y alquilar un piso para seguir tirando. La crisis ha roto ahora esa cadena. Según denunció ayer Cáritas, se va levantado un muro infranqueable para ese eslabón más débil que, perdido el empleo, ve decir adiós a su permiso de residencia. Incluso conseguir el padrón se está convirtiendo en una pesadilla.
Miles de inmigrantes viven en Gipuzkoa lo que se llama una situación de ilegalidad sobrevenida porque, sin trabajo, se ven abocados a una situación administrativa irregular que creían relegada. Cáritas reveló ayer que sólo el año pasado fueron atendidos más de 18.000 inmigrantes , un 30% más que el año anterior. Las ayudas prestadas a estas personas supusieron un desembolso de 1,5 millones de euros, el 70% destinado a problemas de vivienda y el resto, a garantizar las necesidades más básicas.
Durante este primer semestre, el volumen de atenciones, lejos de mejorar las cosas, no hace sino constatar que la precariedad sigue un imparable curso.
Jon Telletxea conoce de primera mano los nuevos perfiles de inmigrantes que la crisis está haciendo aflorar. Es el responsable del centro Laguntza Etxea, un servicio ubicado en el barrio donostiarra de Intxaurrondo que ofrece la primera acogida y acompañamiento a los extranjeros que recalan en el territorio en una preocupante situación. Recién llegados, y otros que no lo son tanto. “Estamos constatando un cambio en el perfil de las personas atendidas, muchas vuelven aquí después de haber finalizado procesos de inserción, principalmente por la pérdida de trabajo. Hemos empezado a atender a familias que durante años tenían ingresos y trabajos estables pero que ahora han quedado en paro, básicamente del sector de la hostelería y la construcción”, detalló ayer Telletxea en Donostia, con motivo de la presentación de la campaña Todos con los mismos derechos, que se celebrará el domingo en apoyo al colectivo.
Alfonso Muro, el director de Cáritas, explicó que entre los distintos servicios que ofrecen existe precisamente una “bolsa de trabajo, dada la importancia del empleo para que estas personas desarrollen un proyecto de vida digno e integrado”.
“Abstenerse extranjeros” Con la crisis, por si fuera poco, no acaban los males. Se viene detectando, según revelaron, un preocupante rechazo hacia el colectivo inmigrante. “No hay más que coger un periódico y ver los anuncios de alquiler. En muchos de ellos pone abstenerse extranjeros. No hay más que entrar en un periódico digital para ver los comentarios. En esos foros te puedes hacer una idea de las mentalidades que existen”, reveló Telletxea.
Al persistente rechazo se unen los múltiples cambios legislativos en materia de extranjería, algo que se produce “casi exclusivamente en función de la coyuntura política y económica”. Según denunció ayer Cáritas, estas modificaciones normativas se convierten en la última palada de arena con la que enterrar las aspiraciones de una vida mejor. Telletxea lamentó ayer que estemos asistiendo a “un cambio a la baja en derechos” y que se siga vinculando “inmigrante con mano de obra”. Todo ello no hace sino reforzar “una percepción que estigmatiza”, acrecentada aún más desde que se iniciaron en agosto las deportaciones masivas de rumanos gitanos en Francia.
Esta serie de cambios legislativos que tiran de la soga hasta retorcer el pescuezo del inmigrante tienen sus efectos. Así, desde la perspectiva de la organización humanitaria, se está viendo recortada la posibilidad de reagrupación familiar, del mismo modo que se está vetando el acceso a la educación no obligatoria a las personas inmigrantes en situación irregular, “olvidando el estrecho vínculo que existe entre educación e inclusión social”.
La vivienda sigue siendo otra de las pesadillas. No es un problema exclusivo de los inmigrantes , buena parte de la sociedad guipuzcoana puede dar fe de su escasez pero, tal y como expuso ayer Telletxea, la falta de apoyo y redes sociales del colectivo está dando lugar a situaciones lamentables, “como hacinamientos en habitaciones o pisos de alquiler, abusos en los precios y subarriendos no permitidos”.
Otro problema no menos grave es el que se sigue registrando con el padrón, la puerta de entrada a los derechos básicos, como la sanidad, la educación que, según denunció Cáritas, se está cerrando a cal y canto en un número creciente de casos. “Estamos observando la dificultad para que puedan empadronarse estas personas, y no poder acceder al padrón provoca la invisibilidad” del colectivo, alertó Telletxea.
El delegado episcopal de Cáritas, Joserra Treviño, pronosticó ayer que las personas que peor lo están pasando en la actualidad van a seguir sufriendo sin límite. “Quienes más fuertemente están viviendo el castigo de esta situación, como madres solas con hijos a su cargo, jóvenes que no tienen apoyo familiar, personas con enfermedad mental e, inmigrantes de manera especial, van a tardar mucho tiempo en dejar atrás esta situación”, aventuró.
Treviño, párroco en Martutene, expuso que sólo en su barrio se está atendiendo a un 70% más de inmigrantes con respecto al año pasado. “Tenían trabajos muy vinculados a la construcción y se están viendo en la estacada. La recuperación siempre empieza por arriba, de ahí que este año vaya a ser especialmente complejo para los inmigrantes ”.
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