El problema de los gitanos romaníes es que son pobres, y los pobres a tal extremo, ya se sabe, huelen mal (no tienen agua), son maleducados (no están escolarizados) y hasta son feos (no comen de fundamento).

Si gastáramos menos en invadir países (contra toda ley), en tanta investigación armamentista (para la venta, naturalmente) y más en políticas sociales, tal vez, podríamos algún día solucionar el problema de las migraciones y de sus paupérrimas condiciones que evidentemente son un grave problema, fundamentalmente para ellos mismos.

Pero nuestros dirigentes son torpes, han olvidado entre tanto boato la costumbre, ya de siglos, que tenemos los ‘seres humanos’ de comer.

Fueron Juana de Arco, Agustina de Aragón, las Madres de Plaza de Mayo, Carla Del Ponte, las que hace algún tiempo nos defendieron la dignidad; ellas siempre salvándonos, perdonándonos; ahora ha sido Viviane Reding quien ha levantado la voz en defensa de nuestros Derechos Humanos, ¡bravo por ella! Y gracias, ellas son nuestra esperanza.

Al menos antes podíamos decir aquello de… «siempre nos quedará París» pero me temo que Sarkozy, otro nombre para la infamia, ha dado el portazo, y los otros 26 se han quedado mudos mirando al dedo que apuntaba a la Luna, ¡qué pena! Y los recambios que se postulan parecen ser del mismo pelaje, y encima se nos ha muerto Labordeta, ¡más pena! ::