Rapapolvo europeo a Sarkozy

La Vanguardia, , 16-09-2010

NICOLAS Sarkozy tiene desde el martes el dudoso honor de haber granjeado a Francia, país que preside, un rapapolvo de la Unión Europea. Ynopor una cuestión menor, sino por un asunto asociado al ideal republicano y los valores igualitarios, de los que Francia hace bandera. “Esto es una vergüenza”, manifestó Viviane Reding, comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, refiriéndose a la política de expulsiones de gitanos emprendida por Francia (y enmendando de paso la tibieza mostrada por Barroso, presidente de la Comisión Europea). Las palabras de Reding estaban alentadas por varios factores: desde la certeza de que Francia ha contravenido la normativa europea sobre libre circulación hasta el enfado de Bruselas por el desdén y las falsedades con que el Gobierno de París ha respondido durante semanas a sus requisitorias.

Esta crisis se inició en Francia el 17 de julio con la muerte de un joven gitano a manos de la policía, prosiguió con disturbios y alcanzó su cenit con el desmantelamiento de campamentos y la devolución de cientos de sus moradores a países de origen como Rumanía o Bulgaria. Varios ministros franceses han sostenido que las expulsiones no obedecían a razones racistas, sino que se trataba exclusivamente de actuar contra quienes residían en Francia de modo irregular. Sin embargo, esta línea defensiva estalló en pedazos el viernes al revelarse una circular del 5 de agosto del Ministerio del Interior en la que se indicaba a la policía, hasta tres veces, que los desmantelamientos se harían “tomando como prioridad los de gitanos rumanos”.

Este documento es el que ha encendido los ánimos en Bruselas y el que propicia una amenaza de sanción a Francia. Reding ha manifestado estar “personalmente convencida de que a la Comisión no le quedará otra salida que iniciar un procedimiento de infracción contra Francia”. El país de la libertad, la igualdad y la fraternidad se enfrenta, pues, a una sanción motivada por la política de Sarkozy.

Cuesta creer que un país cambie sus valores de un día para otro, con sanciones de la UE o sin ellas. Pero es obvio que las medidas populistas de Sarkozy, tomadas en fase de baja popularidad, están empañando la imagen francesa, por más que varios ministros rechazaran ayer airadamente las palabras de Reding y el presidente, en reunión privada, fuera incluso más allá. Será interesante ver cómo reaccionan los franceses ante el rapapolvo comunitario: si salen en defensa de su presidente o apoyando los valores que de antiguo distinguen a Francia.

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