El PP de Cataluña no renuncia a llevar la iniciativa en inmigración. Por un lado, la aceptación de su propuesta sobre la prohibición del velo en espacios públicos ha reafirmado la determinación de Alicia Sánchez Camacho de hablar sin tapujos sobre el asunto. Por otro, el PP no está dispuesto a que la plataforma de Josep Anglada, con un discurso radical —y hasta racial— ante la inmigración, les reste ni un votante. Así, el PP presentará esta semana un folleto —según desveló Ep— en el que se pregunta si «¿Cabemos todos?»; pide «que se cumpla la ley» y apuesta por «priorizar la inmigración que comparte con nosotros cultura y valores».
La presentación de estos plantamientos se hace en forma de test de diez puntos a los que hay que contestar sí o no. «Si has contestado ocho o más respuestas afirmativamente, estás de acuerdo en al menos un 80% con nuestro proyecto», se puede leer. El PP aboga por «adaptar la inmigración a la realidad de nuestra economía» y pregunta al ciudadano «¿No crees que Cataluña y España no pueden “absober” (sic) más inmigrantes de manera ilimitada?».
«Que se cumpla la ley»
También reclama «que se cumpla la ley» y que los inmigrantes respeten «nuestras normas de convivencia, comenzando por los derechos de la mujer y de los niños». El cuarto punto puede ser el más polémico, puesto que el PP plantea «priorizar la inmigración que comparte con nosotros cultura y valores» y formula la pregunta: «¿Crees que el conocimiento y el uso de una lengua común y el compartir una cultura son instrumentos de integración y de superación de conflictos?». Al respecto, el tripartito no podrá estar en desacuerdo, habida cuenta del decreto en el que insta a los inmigrantes a aprender catalán. La alusión implícita a favorecer la inmigración de hispanoamericanos en detrimento de las otras procedencias —en el caso de Cataluña, magrebí y rumana— es lo que podría causar más controversia política, dados los casos de la comunidad musulmana de Salt y los gitanos rumanos de Badalona.
En el folleto se apuesta también por «poner más policías en las calles», «expulsar a los inmigrantes que delincan sistemáticamente», reforzar el control de fronteras, vetar el velo por razones de seguridad y «racionalizar las políticas sociales». El decálogo concluye con la consideración de que defender el rigor y la ley de inmigración y condenar el efecto llamada y a las mafias es un «democrático y responsable».