Un observador de la Unión Europea viajará a Melilla el próximo mes de noviembre para comprobar cómo funciona su frontera. Se trata de una visita rutinaria, como las que cada año se hacen a otras regiones fronterizas, que no está en principio motivada por los incidentes que protagonizaron el mes pasado activistas marroquíes en el paso de Beni – Enzar.

Aunque en octubre de 2005 la Unión Europea envió una misión técnica para recabar información sobre la crisis de las avalanchas de inmigrantes , las fuentes consultadas por SUR desmienten que se en esta ocasión la visita esté relacionada con el conflicto hispano marroquí. La persona enviada se desplazará hasta los principales puestos fronterizos con el fin de comprobar cómo se gestiona el tránsito diario de casi 40.000 personas o cuáles son los protocolos de seguridad en materia documental.

Objetivo

Si se cumplen las amenazas de los activistas, este observador de la Unión Europea podría incluso coincidir con los que la Plataforma para la Sociedad Civil en el Norte de Marruecos quiere destacar en Beni – Enzar. En este caso, el objetivo será cerciorarse de que los agentes españoles dispensan un mejor trato a quienes cruzan la frontera desde Nador; del informe de esos observadores dependerá, siempre según los alborotadores, que se organice un nuevo bloqueo de alimentos y material de construcción.

Por lo que respecta a la realidad que se encontrará el enviado de la Unión Europea, será testigo de las dificultades que tienen los policías para hacer un exhaustivo control documental. El hecho de que nadorenses y melillenses puedan atravesar la frontera sin necesidad de mostrar su pasaporte, sólo con sus documentos de identidad, impide a los agentes comprobar de forma casi inmediata su filiación o si pesa sobre ellos alguna orden de búsqueda.

Medidas de seguridad

En otros puestos, como en los habilitados en los aeropuertos, el simple gesto de pasar un pasaporte por un lector de datos permite averiguar todo la información necesaria sobre un sospechoso.