Mar de Fondo

Callejeros a distancia

Diario de Noticias, por xabi larrañaga, 04-09-2010

sarkozy ha decidido acabar con los campamentos gitanos, y aquí está siendo muy criticado. En Francia la mayoría apoya la iniciativa. Allí la gente está muy harta de los nómadas estables – ¡toma oxímoron! – , escrito así con vaselina. Ignoro si es acertado darles pasta para que se vayan, pero antes de discutirlo deberemos asumir que el chabolismo trotón es un nido de infecciones, analfabetismo, mendicidad infantil y delincuencia. No es igual ver Callejeros y convivir con sus protagonistas. Nada de 21 días en una aventura televisiva de ida y vuelta, no: todos los días. Tampoco se parecen el mando a distancia y la vara de mando. Parte de los romaníes – he dicho parte – incumple sus obligaciones ciudadanas con respecto a la higiene, la educación y la ley. Una vez aceptado que esto constituye un problema para sus congéneres y para ellos mismos, será más fácil hallar la solución.

En los noventa había trece gobiernos progresistas en Europa. Ahora se cuentan con una mano y sobran dedos. Hay quien ignora el desastre o lo resume achicando neuronas: la peña se ha vuelto facha. Yo creo que la derecha crece porque mucha izquierda le tiene miedo a la realidad y obra como si ésta fuese mejor de lo que es. A mí me gustaría que esos campamentos, y los de otros extrarradios, fueran alegres aldeas zíngaras. Sucede que no lo son, y que cualquier intento de exigir impuestos, aplicar la legalidad y adecentar la zona se suele enfrentar al buenismo rampante.

Sin duda los gitanos sufren marginación. Pero algunos – he dicho algunos – también se benefician de pertenecer a una llamada minoría étnica, pedigrí que los convierte en mediáticamente intocables. Hagan la prueba, currelas payos: levanten en su barrio un caserío insalubre, libre de control fiscal, repleto de niños descalzos y sin escolarizar, y verán cuánto tarda en llegar la Policía. Me dirán qué partido y qué vecino los defiende. Y cómo se vive en tal estado si no es pidiendo o robando. Por supuesto, se admiten y admiran las excepciones.

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