El Gabinete López quiere lanzar un mensaje contundente contra el racismo. Y para mostrar su rechazo, acordó ayer personarse como acusación particular en el juicio por la paliza que cuatro senegaleses recibieron a la salida del trabajo, en Lantarón, el 14 de julio. Miguel González, director de Inmigración, ha seguido a las víctimas de cerca y apoya esta decisión porque, aunque es uno de los pocos casos de Euskadi, «queremos actuar».

- ¿Por qué han decidido presentarse ahora en el juicio?

- El asunto es muy grave, y en un gesto simbólico queremos que en estos casos se aplique el agravante de racismo.

- ¿Cómo se va a canalizar el apoyo a los senegaleses?

- Los servicios jurídicos del Gobierno suelen estar presentes en juicios habitualmente. A través de ellos haremos un seguimiento del caso, pero en principio nosotros, ni yo ni la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, estaremos presentes.

- ¿Se creará jurisprudencia?

- La intención es ésa, aunque esto es sólo un primer paso porque para que se produzca debe darse en los altos tribunales.

- ¿Siguen en contacto con las víctimas?

- Hasta bien entrado agosto sí lo teníamos, pero ahora debemos retomarlo.

- ¿Y cuál es la relación?

- Les transmitimos mensajes y confianza en la justicia. Al principio hubo incertidumbre porque no entendían que alguien culpable estuviera en libertad, en libertad provisional. Les animamos y les enseñamos que las cosas van funcionando poco a poco.

- ¿Y psicológicamente cómo se sienten? ¿Han pensado irse?

- Están bien físicamente. A primeros de agosto ya estaban dados de alta. Psicológicamente… primero hubo temor, miedo a que hubiera impunidad, pero ahora es diferente. Son personas muy asentadas, forman parte de la sociedad vasca y no se van a marchar.

- Después de ese episodio, ¿han visto más actitudes racistas?

- Detectamos poco a poco algún cambio. Hay algún ajuste hacia lo negativo en ciertos aspectos. Por ejemplo, las costumbres; la gente es más reticente a aceptarlas. Pero nosotros solemos decir dos cosas: primero, que aunque existan actitudes racistas, no se concretan en comportamientos; y segundo, los prejuicios los habrá siempre, lo que hace falta es fomentar la convivencia.

- Entonces, ¿el ataque de Lantarón podría ser la punta del iceberg?

- Hombre, no sé, esto responde a una situación concreta, pero tampoco hay que descartarlo. Lo que ha pasado es el grado máximo, pero es algo puntual y minoritario, y no por eso menos grave.

- La llegada de inmigrantes ha disminuido en España, pero en el País Vasco ha crecido.

- Euskadi tiene un 6,4% de inmigrantes, mientras que la media española es del 12%. Con la crisis ha descendido la llegada al país, pero en el último año y medio ha habido una reordenación interna, es decir, movimientos entre provincias y Euskadi ha crecido, por eso hemos pasado del 6,1 a 6,4%, como también lo han hecho Asturias, Galicia o Extremadura.