EFE, Bucarest/París

Un grupo de 284 ciudadanos rumanos de etnia gitana llegó ayer a Bucarest en dos vuelos procedentes de París y Lyon, dentro del plan de Francia para expulsar a cientos de miembros de esta comunidad que, asegura, viven irregularmente en el país.

Según informó el diario Evenimentul zilei, algunos de los deportados se quejaron a su llegada de haber sido obligados a abandonar Francia.

“Si no nos queríamos ir, nos expulsaban”, dijo uno de los gitanos, que aseguró que regresará a Francia. La semana pasada llegaron a Rumanía los primeros 200 repatriados por París.

Francia tiene previsto completar en las próximas semanas la deportación de cerca de mil gitanos búlgaros y rumanos que viven en campamentos ilegales en varias ciudades galas.

Representantes del Gobierno rumano mantienen contactos en París con las autoridades galas para buscar soluciones. Francia acusa a Rumanía de no integrar y controlar a sus gitanos, y amenazó con bloquear su ingreso al espacio Schengen, previsto para marzo de 2011.

Por su parte, Bucarest ha criticado el trato dispensado por el Gobierno galo a sus ciudadanos y teme que se atropelle el derecho a la libre circulación de personas dentro de la UE.

El secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, anunció ayer que los dos países podrían cursar una petición conjunta a la UE para que el país balcánico obtenga más dinero para integrar a sus gitanos. Así, Francia pretende evitar el regreso a su territorio de los repatriados.

Reunión con Barroso

Por otra parte, el primer ministro francés, François Fillon, planificó ayer con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, una reunión “en los próximos días” sobre los gitanos rumanos y búlgaros que Francia devuelve a sus países de origen, hecho que ha suscitado polémica en la UE.

Durante un discurso ante los embajadores franceses en París, Fillon se refirió a una conversación telefónica con Barroso para concertar ese encuentro, en el que avanzó que participarán “los ministros y los comisarios europeos” competentes.

Fillon replicó a las críticas a la política gala de enviar a los gitanos a sus países de origen y reiteró que “se ha hecho en pleno respeto del derecho europeo”. Puso el acento en que “Francia considera que la única solución a largo plazo para esos ciudadanos europeos pasa por una mejor integración económica y social en primer lugar en su país de origen”.