Sarkozy, en sus horas más bajas

El presidente francés se enfrenta ahora a las críticas de la vicepresidenta de la Comisión Europea por las expulsiones de gitanos y un sondeo revela que perdería las elecciones

El Mundo, MARTA GUZMÁN / París Especial para EL MUNDO, 26-08-2010

Despidió a sus ministros exhortándoles
a la firmeza frente a las críticas
y ayer Nicolas Sarkozy los recibió
con el mismo mensaje. Fue
en el primer consejo de ministros
que marca la vuelta al trabajo del
Gobierno francés en el que será un
otoño difícil. Tendrán que enfrentarse
a un reajuste ministerial, a la
reforma de las jubilaciones, a las
acusaciones por un presunto conflicto
de intereses del ministro de
Trabajo, EricWoerth, a una situación
económica preocupante y a la
polémica por las expulsiones de gitanos.
Justo ayer, la vicepresidenta de la
Comisión Europea, Viviane Reding,
emitió una contundente crítica sobre
estas expulsiones. «Está claro
que aquellos que incumplen las leyes
deben hacer frente a las consecuencias.
Y es igual de claro que
nadie debe ser expulsado sólo por
ser gitano», dijo en un comunicado.
Reding, que es responsable de
Justicia, Derechos Fundamentales
y Ciudadanía, espera que los países
acaten los acuerdos europeos
sobre libertad de movimiento, no
discriminación y el respeto a los
derechos de las minorías étnicas,
informa Amanda Figueras. Ante la
lluvia de críticas, Sarkozy reiteró
ayer que «la política de su Gobierno
es equilibrada».
«Calma, determinación, trabajo
y concentración». Éstas fueron las
consignas dadas ayer por el presidente
francés a su Gobierno.
Sarkozy exhortó a sus ministros a
«mostrar valentía» ante las que denominó
como «críticas, a menudo,
excesivas e infundadas». «No cederemos
a quienes buscan la polémica
sistemática», resumió al final de
la reunión el portavoz del Gobierno,
Luc Chatel.
Los desmantelamientos de los
campamentos ilegales de gitanos y
las expulsiones de varios centenares
de miembros de esa minoría llevadas
a cabo en el último mes fueron
uno de los temas tratados. Según
el responsable de la cartera de
Inmigración, Eric Besson, Sarkozy
felicitó al ministro del Interior, Brice
Hortefeux, por su acción frente
a los gitanos y explicó que «es necesario
continuar con ella, pues en
Francia se debe respetar la ley».
Besson también señaló que desde
enero hasta ayer, Francia ha llevado
a cabo la repatriación voluntaria de
unos 8.000 gitanos a sus países de
origen, especialmente Rumanía y
Bulgaria. Hortefeux y Sarkozy prometieron
en julio el desmantelamiento
de la mitad de los 300 campamentos
de gitanos existentes en
Francia antes de tres meses.
También anunciaronmás de 700
expulsiones. Técnicamente son salidas
del país pactadas. La medida,
que sepusoenmarcha ya la semana
pasada, ha provocado duras críticas
de la oposición de izquierda francesa
y de la comunidad internacional,
la Comisión Europea y el Vaticano
incluidos, así como del propio partido
conservador gubernamental.
La polémica expulsión de cientos
de calós está incidiendo en la bajada
de popularidad del jefe del Estado
vecino. Si hoy se celebraran
elecciones presidenciales, Sarko
saldría derrotado. Según un sondeo
publicado ayer, el presidente del
Fondo Monetario Internacional
(FMI), el socialista Dominique
Strauss-Khan, o la primera secretaria
del Partido Socialista, Martine
Aubry, derrotarían al inquilino del
Elíseo. Si bien Sarkozy se impondría
en la primera ronda, perdería
en segunda vuelta, según publicó
Le Nouvel Observateur. Strauss-
Khan obtendría un 59% de los votos
frente al 41% de Sarkozy; mientras
que Aubry se impondría por
un 53% frente al 47% del presidente
galo, informa Efe.
La situación económica amenaza
también con amargar el otoño
al presidente francés. El Ejecutivo
ha tenido que revisar a la baja su
previsión de crecimiento para 2011
(del 2,5% del PIB al 2%). Ha dejado
intacto el 1,4% previsto para
2010, pero ha anunciado la supresión
de exenciones fiscales por valor
de 10.000 millones de euros.
Y esta decisión ha sido interpretada
como una forma enmascarada de
subir los impuestos, mientras que el
anuncio de la revisión ha vuelto a
lanzar luces de alarma sobre una
economía francesa cuyo crecimiento
es peligrosamente débil.
Por si esto no bastase, Sarkozy
tiene previsto ya un reajuste ministerial
en octubre. Parece descartarse
la salida del primer ministro,
François Fillon, pero se baraja la
del jefe de la diplomacia, Bernard
Kouchner.
El presidente francés prefirió dejar
de lado este tema en su discurso
de ayer ante la XVIII Conferencia
de Embajadores, donde tampoco
mencionó que responsables franceses
y rumanos se reunieron en París
para coordinar las próximas repatriaciones
de gitanos.

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