El narco siembra México de muertos

La Verdad, MILAGROS L. DE GUEREÑO, 26-08-2010

Los cadáveres de cuatro hombres decapitados por los narcos cuelgan de un puente en la ciudad de Cuernavaca. :: REUTERS

El hallazgo el martes de 72 cadáveres en un árido rancho del estado mexicano de Tamaulipas confirma que la violencia en el país azteca avanza sin límites. Además, pone los pelos de punta por el ensañamiento con los más débiles, ya que según un testigo, las víctimas, todas recientes, eran inmigrantes ilegales de varias nacionalidades.

El macabro descubrimiento es el peor del mandato de Felipe Calderón, y supera con creces el hallazgo hace meses de 55 cuerpos en una mina en Taxco y 51 en Nuevo León. Confirma, además, que los sicarios acaban con sus víctimas sin remordimientos y con métodos sanguinarios muy variados. En enero del año pasado, el sicario Santiago Meza ‘el Pozolero’ reconoció que desintegró al menos 300 cuerpos en ácido por encargo del crimen organizado.

Las autoridades dieron con el rancho donde encontraron los cuerpos de 58 hombres y 14 mujeres después de que un hombre herido por arma blanca se acercara pidiendo ayuda al control que la Marina estableció en una carretera próxima al lugar. El testigo dijo que fue agredido por matones de Los Zetas, un grupo integrado por militares de élite que desertaron en los años 90 para formar el grupo armado del cártel del Golfo, liderado entonces por Osiel Cárdenas y hoy preso en Estados Unidos. La banda se desintegró hace unos meses y sus miembros luchan ahora por tierra y mar por el control del territorio – fronterizo con el norte – , clave en el contrabando de narcóticos y personas.

El hombre se identificó como ecuatoriano y explicó que el grupo de indocumentados viajaba rumbo a EE UU cuando fue interceptado en el rancho próximo a San Fernando (Tamaulipas) por sicarios que les propusieron trabajar para Los Zetas. Al negarse, los narcos dieron la orden de asesinarlos a todos, brasileños y centroamericanos en su mayoría. No dio, sin embargo, detalles de cómo logró escapar de una muerte segura. Tampoco quedó claro si los 72 fueron asesinados a la vez o alguno de ellos fue ejecutado horas o días antes.

El hecho se descubrió la madrugada del martes. Tras la denuncia, los marines se acercaron al rancho por tierra y aire, donde fueron recibidos a tiros por los delincuentes. Un infante de marina y tres malhechores murieron en el choque. Además, fue detenido un menor de edad y se decomisaron veintiún armas largas, 102 cargadores de varios calibres, dos cintas eslabonadas de munición, 6.649 cartuchos, cuatro chalecos antibalas, uniformes de camuflaje, un casco y cuatro camionetas, una de ellas con matrícula falsa del Ministerio de Defensa Nacional.

La Fiscalía tomó las huellas digitales de los cadáveres para proceder a su identificación y la Secretaría de Marina aseguró en un comunicado que «el Gobierno federal condena categóricamente los actos de barbarie que cometen las organizaciones criminales y refrenda su compromiso con el Estado de Derecho».

Ola de violencia

Tamaulipas, junto con Chihuahua, se lleva la palma como uno de los estados más violentos del país. En los últimos meses la ola de violencia sumó el asesinato de un candidato a la gobernación y varios políticos locales. Más de 28.000 personas han muerto desde que el presidente Felipe Calderón lanzara su cruzada contra el crimen organizado en 2006.

Es conocido, por otra parte, que los narcos se meten en cualquier negocio lucrativo. Y el del tráfico de personas lo es. Secuestran a ilegales y piden rescate a sus familias. Entre todos, los cubanos son el botín más valioso. A diferencia de otras nacionalidades, cuando llegan a territorio estadounidense tienen garantizada su regulación migratoria de inmediato en virtud de la Ley Pies Secos – Pies Mojados. Aunque no hay cifras exactas, quienes tienen la desgracia de caer en manos de estas bandas corren peligro de muerte solo por portar su documento de identidad, que falsificado garantiza una nueva vida. Andrei es un joven cubano que lo puede contar. Se escapó por una ventana. Durante tres días permaneció en Cancún atado con el cinturón en la copa de un árbol para no caerse si se quedaba dormido.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)