"¡Al infierno con la mezquita!"
Decenas de neoyorquinos se manifestaron contra la mezquita en la "Zona Cero"
El Mundo, , 23-08-2010Corresponsal
Con las grúas de la Zona Cero como telón de fondo, decenas de neoyorquinos se sumaron ayer a la manifestación contra el centro islámico que ha reabierto las heridas del 11-S. La lluvia dispersó antes de tiempo a los congregados, que a la vuelta de la esquina encontraron respuesta en otro acto de protesta, esta vez organizado a favor de la libertad de religión.
La policía de Nueva York acorraló con vallas a unos y otros manifestantes, aunque los roces fueron inevitables, al igual que el intercambio de ruidosas consignas que convirtieron ayer el Bajo Manhattan en un inusitado campo de batalla, cuando está a punto de cumplirse el noveno aniversario de los atentados.
«¡Al infierno con la mezquita!», podía leerse en la pancarta que exhibía Alicia Cassidy en la cola de la manifestación contra el centro islámico. «Mi marido es bombero jubilado y perdió muchos amigos en la tragedia», declaró Cassidy. «Creo que los muertos se merecen nuestro respeto, y eso es algo que ni el presidente Obama ni el alcalde Bloomberg parecen tener en cuenta».
El acto estuvo organizado por la Coalición en Honor de la Zona Cero, capitaneada por Beth Gilinsky (también fundador de la Alianza de Acción Judía). «No queremos la ley de la sharia en este país», proclamó Gilinsky por megafonía. «Queremos seguir siendo la tierra de los hombres y mujeres libres».
Debra Burlingame, hermana de Charles Burlingame (el piloto del vuelo de American Airlines que se estrelló en el Pentágono), intervino también en el acto recordando el valor simbólico del Bajo Manhattan: «No podemos ceder ante los planes de los extremistas. Saben que la Zona Cero es el campo de batalla y por eso quieren estar cerca».
Decenas de bomberos y trabajadores de la construcción se sumaron a la manifestación que llegó a reunir a poco más de 500 neoyorquinos, a los que luego sumaron los motoristas de la America’s 911 Foundation, a lomos de sus Harleys. Por todos habló Ted Sjurseth, cofundador del grupo: «Lo último que necesitamos es una mezquita a la sombra de donde estuvieron las Torres Gemelas».
«¿Te imaginas que los japoneses proponen construir un centro cultural en Pearl Harbor nueve años después?», se preguntaba el bombero Jason McDonald. «Pues esto es exactamente lo mismo…».
«Ya tenemos más de 100 mezquitas en Nueva York, ¿para qué una más?», se lamentaba por su parte B. J. Samway, que acudió con una máscara de Obama y un pancarta donde se leía: La Mezquita Malvada. «El presidente ha demostrado una vez más que no está en sintonía con los americanos… Por eso muchos piensan que es realmente musulmán», afirma.
Con la casaca de la bandera confederada en contraste con el mar de barras y estrellas se plantó en la manifestación Outlaw Bobby Steele, vecino de Queens: «La mezquita no se va a levantar porque nadie la va a querer financiar y no van a haber manos para construirla».
La policía decidió crear un territorio neutral de 50 metros entre las dos manifestaciones para evitar enfrentamientos. En las proximidades del edificio de Park 51, cercado con vallas, confluyeron por el flanco este un largo centenar de manifestantes a favor de la libertad de religión.
El imam Abdul Bagi, al frente de una mezquita en el distrito de Queens, denunció la existencia de «una campaña racista y vil» que pretende marginar el islam y declararlo como «antiamericano». «América ha sido siempre el país de la tolerancia y ésta es una oportunidad para mandar ese mensaje al mundo», recalcó el imam Bagi. «Lo único que pedimos es ejercer pacíficamente nuestro derecho, del mismo modo que lo hacen los cristianos y los judíos que tienen sus templos en el Bajo Manhattan».
Barbara Lipski, profesora, que vive a cuatro manzanas escasas de la Zona Cero se manifestó también «contra el odio y el racismo». «Hace años, yo compraba ropa en el almacén donde ahora quieren hacer la mezquita», recuerda. «Es muy triste el abandono que ha sufrido todo este barrio, y lo que esta gente pretende es muy digno. En esta zona trabajan muchos musulmanes, y tienen los mismos derechos que los cristianos y los judíos a ejercer su religión… La cuestión de fondo es la intolerancia: toda esa gente se estaría manifestando también aunque la mezquita la construyeran a 20 manzanas de la Zona Cero».
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