Llegan a Bucarest los primeros setenta gitanos rumanos expulsados de Francia

En un primer vuelo, procedente de París, llegaron nueve personas; en el segundo, desde Lyon fueron 61 los expulsados. En total 23 menos de lo esperado inicialmente, ya que algunos deportados voluntarios no se presentaron en los aeropuertos de Francia. Hoy se prevé que aterricen en la ciudad de Timisoara otros 132.

El Día, , 20-08-2010
EFE, Bucarest

Los primeros 70 gitanos rumanos deportados por Francia llegaron ayer a Bucarest a bordo de dos vuelos comerciales procedentes de París y Lyon, confirmó la Policía de Frontera rumana. En un primer vuelo, procedente de París, llegaron nueve personas, en el segundo fueron 61 expulsados. En total 23 menos de lo esperado inicialmente, ya que algunos deportados voluntarios no se presentaron en los aeropuertos de Francia.

Entre los primeros expulsados de París había seis jóvenes de unos 20 años de edad que aseguraron a la prensa que estaban en Francia desde hacía varios meses.

Según la agencia de noticias Mediafax, estos jóvenes explicaron que volvieron de forma voluntaria, tras recibir dinero para regresar a su país. Otros negaron que fueran emigrantes gitanos y dijeron que sólo “estaban de vacaciones en Francia”.

Decenas de gitanos rumanos han aceptado la repatriación voluntaria con un vuelo gratuito y 300 euros por cada adulto y 100 euros por cada hijo.

Para hoy, se prevé que aterricen en la ciudad occidental de Timisoara otros 132 emigrantes, mientras que las 160 personas restantes serán repatriadas entre la semana próxima y el mes de septiembre.

París anunció en julio su intención de repatriar a unos 700 inmigrantes rumanos y búlgaros de origen gitano que viven en campamentos ilegales en Francia.

La iniciativa gala ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, que ven en ella un atropello al derecho a la libre circulación de personas en el territorio de la UE, a la que perte-necen Rumanía y Bulgaria. El hecho de que Francia haya hablado de “deportación voluntaria” no parece convencer a los críticos de una medida que consideran “racista”.

Por su parte, la Comisión Europea (CE) pidió a Francia que respete el derecho a la libre circulación de las personas y advirtió de que vigilará que se cumpla la ley europea en el proceso.

Mientras tanto, Bucarest se mostró comprensiva y mesurada con el Gobierno galo y el presidente, Nicolas Sarkozy. “Entendemos la posición del Gobierno galo y, al mismo tiempo, defendemos sin reservas el derecho de todo ciudadano rumano a circular libre en el interior de la UE”, dijo ayer el presidente rumano, Traian Basescu.

La recepción de cientos de gitanos sin ocupación ni posibilidades económicas supone ahora un problema para Rumanía, muy golpeada por la crisis y con una importante población gitana marginada, que alcanza unos dos millones de personas. Por eso, se da casi por hecho, tanto en París como en Bucarest, que la mayoría de los deportados volverá pronto a Francia.

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