ESTEVE GIRALT – Sant Carles de la Ràpita
Vivieron una pesadilla. Veinticuatro horas del día, un día tras otro. Al menos 11 mujeres fueron captadas primero en Rumanía, viajaron poco después a Catalunya con la promesa de una vida mejor, fueron vendidas a una red de proxenetas con base de operaciones en Vinaròs (Castellón) y acabaron siendo obligadas, mediante agresiones físicas y vejaciones sexuales, a ejercer la prostitución. Como esclavas, a pie de la carretera N-340, entre la comarca del Montsià y la provincia de Castellón.

Una investigación abierta por los Mossos d´Esquadra ha acabado hasta el momento con cinco hombres detenidos por su presunta implicación en la compra de las mujeres rumanas para obligarlas a prostituirse. La policía sigue buscando al resto de las víctimas de la red, que abarcaba la prostitución en la N-340 desde Castellón hasta la costa ebrense.

Los cinco detenidos, varones de edades comprendidas entre los 20 y los 35 años, todos con domicilio en Vinaròs, ingresaron en prisión el pasado viernes. El titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Amposta (Montsià), que asumió el caso, decretó prisión provisional sin fianza para Tudor, Vasile, Giani, Ioan y Profira Riri.

Ayer por la tarde, a ambos lados de la N-340, entre Sant Carles de la Ràpita y Vinaròs, sólo dos mujeres ejercían la prostitución. “Yo no sé nada”, repetía una de ellas, sentada bajo una sombrilla, entre la Ràpita y Alcanar, recelosa a la hora de responder preguntas acerca del grupo de prostitutas rumanas. Antes del golpe policial, en este mismo tramo de la carretera nacional podían encontrarse hasta una veintena de mujeres, en los puntos de entrada y salida a caminos rurales, según explicaron fuentes policiales. El elevado tráfico de esta vía, de tránsito entre Catalunya y Castellón, garantizaba un suculento negocio.

Ayer, apenas algunas sillas vacías junto a la carretera, en los puestos que solían ocupar las prostitutas, en una carretera que transcurre paralela al mar, con vistas espectaculares al Mediterráneo, junto al delta del Ebro. Algunos utensilios personales, botellas de agua, un par de botas blancas y muchos desperdicios en la zona donde hasta hace pocos días abundaba la prostitución.

Los cinco detenidos se lucraban explotando al menos a 11 mujeres de entre 19 y 38 años. Los Mossos d´Esquadra han pedido la colaboración a la policía local de los municipios de la costa ebrense para detectar a nuevas víctimas y comprobar si la red continúa operativa a pesar de haber detenido a los presuntos cabecillas del grupo. A las mujeres se les ofrece en estos casos la posibilidad de regresar a su país o el ingreso en algún centro de acogida tutelado por la Generalitat, en el caso de no tener ningún familiar o amigo que pueda ayudarlas.

Los Mossos creen que no será fácil encontrar nuevas víctimas. La red empleaba extrema violencia contra las mujeres obligadas a prostituirse. Sufrían agresiones físicas, vejaciones sexuales y amenazas de muerte; eran obligadas a mantener relaciones sexuales con los miembros del grupo; si se negaban, incluso eran encerradas durante días para someterlas a nuevas agresiones y vejaciones y acabar regresando a la carretera. Con este fin, una de las mujeres fue encerrada durante cinco días en un domicilio sin salir a la calle.

La pesadilla empezó en Rumanía, aunque no ha trascendido aún cuándo fueron atraídas hasta Catalunya las primeras víctimas ni el precio que pagaban los proxenetas para poder explotar a cada una de las mujeres. La investigación judicial, abierta hace sólo un mes, ha determinado que las víctimas fueron captadas “bajo una falsa apariencia de relación sentimental, que les prometía una vida mejor en Catalunya”. A su llegada a la provincia de Tarragona eran vendidas al grupo de proxenetas e inmediatamente pasaban a ejercer la prostitución. Si se resistían, sufrían todo tipo de agresiones.

Las mujeres rumanas eran obligadas a cualquier tipo de servicio solicitado por el cliente, sin ningún tipo de protección y al precio marcado por los proxenetas. Al acabar la jornada, cada mujer tenía que entregar todo el dinero obtenido a la red.

Si alguna de las mujeres se quedaba embarazada, incluso la obligaban a seguir prostituyéndose en avanzado de gestación. Después eran forzadas a interrumpir el embarazo “de forma temeraria, poniendo en peligro su vida”, según detallan los Mossos d´Esquadra.

Los arrestados, que declararon ante la juez el pasado viernes, ingresaron en prisión acusados de los delitos relativos al ejercicio de la prostitución; contra los derechos de los trabajadores de ciudadanos extranjeros; agresiones sexuales; detención ilegal, y contra al salud pública.

Su base de operaciones estaba en Vinaròs, a pesar de que actuaban en un amplio tramo de la carretera N-340.

En la investigación policial, que fuentes de los Mossos d´Esquadra dan por finalizada, han intervenido agentes de la unidad central de tráfico de seres humanos de la división de investigación criminal y de la unidad de investigación de las Terres de l´Ebre.

ORIGEN 90% DE LAS PROSTITUTAS SON EXTRANJERAS La mitad proceden de Latinoamérica(Colombia y Brasil); una tercera parte son europeas (rumanas y rusas), y el resto, africanas (principalmente de Nigeria y Marruecos)