"¿Quién me espera en Rumanía?"
Francia inicia la polémica expulsión de los gitanos rumanos y búlgaros desde los aeropuertos de París y Lyon
La Vanguardia, , 20-08-2010DAVID MARTÍNEZ – París. Servicio especial
“En Francia, muchos vecinos nos dan de comer y hacemos trabajos (…) Volveré”, afirma María
Dos clases de ciudadanos europeos, en una misma Europa, coincidieron ayer en el aeropuerto Charles de Gaulle de París y en Lyon. Unos, los turistas en pantalón corto y gafas de sol y viajeros de negocios en trajes que con documento nacional de identidad o pasaporte en mano cogían un vuelo por voluntad propia hacia algún lugar del mundo. Las otras personas, niños, adultos y ancianos sin ropa limpia, con bolsas de plástico donde guardar algún pantalón roto y fruta, y un pasaporte rumano con el tampón de expulsado,que tras pasar el exhaustivo control policial dejaban Francia previa aceptación de cobrar 300 o 100 euros, pero obligados por el Gobierno a salir del país por ser gitanos, rumanos (europeos), pero indocumentados.
También fueron expulsados – o “enviados a sus países voluntariamente”, según el Ministerio del Interior-desde el aeropuerto de Lyon en aviones exprés fletados a cuenta de las arcas públicas. En total, ayer comenzó el primer viaje de retorno de 93 gitanos rumanos en situación irregular en Francia, que seguirán hasta alcanzar la cifra de 700 expulsados antes de que se acabe agosto, tal como prometió cumplir el presidente Nicolas Sarkozy para desmantelar los campamentos ilegales en el territorio y expulsar a sus países de origen a las personas que no tienen autorización para residir en Francia. “Muchos de ellos inician un viaje con retorno porque vuelven a Francia porque no les quieren en Rumanía”, asegura a este diario la cooperante Sylvie Dumesnil.
Catorce rumanos partieron en un vuelo comercial desde París y llegaron anoche a Bucarest, mientras 79 personas se embarcaron en Lyon. En el aeropuerto de Bucarest no les esperaba ninguna autoridad del Gobierno rumano, sólo fotógrafos.
“Hay que preguntarse por qué los gitanos no quieren quedarse en su país y vuelven a Francia, Italia o España. Allí están ninguneados por la sociedad y por las autoridades. La UE debe tomar medidas para evitar estas expulsiones porque esto es una deportación masiva que recuerda las deportaciones de judíos en la Francia ocupada por los nazis”, prosigue Dumesnil.
A los expulsados ayer se sumarán hoy 132 gitanos rumanos que llegarán desde París a Timisoara. Otros 160 llegarán el 26 de agosto a Bucarest.
María, antes de subir al avión en París, declaró a este diario: “¿Quién me espera en Rumanía? Mis padres murieron y no hay protección social ni trabajo para nosotros. Aquí, en Francia, muchos vecinos nos dan gratis de comer y hacemos trabajos. No es justo que nos echen. Cuando tenga dinero volveré”.
El ministro del Interior, Brice Hortefeux, aseguró ayer que “cuando un ciudadano europeo no tiene medios para subsistir no tiene derecho a quedarse más de tres meses”. Expulsar a comunitarios sólo es posible si existe peligro para la seguridad pública, pero no bajo criterios étnicos.
Hasta el próximo jueves serán expulsados 371 rumanos. Y la semana que viene les tocará el turno a los trece primeros gitanos búlgaros en situación irregular de los 41 que se expulsará este mes de agosto.
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