Sin trabajo no hay papeles y sin ellos no pueden quedarse. Así de simple y así de duro. La crisis ha obligado a 16.400 inmigrantes a abandonar la Comunitat entre abril y junio. No han podido renovar la tarjeta de residencia porque les faltaba un requisito indispensable: un empleo.

Los datos recogidos por el Observatorio Permanente de la Inmigración evidencian el descenso de extranjeros legales en Valencia, Alicante y Castellón, que han pasado de 617.827 en los tres primeros meses del año a 601.383 en el segundo trimestre.

«Muchas personas están regresando a su país. Han perdido su permiso de residencia porque no pueden aportar un contrato de trabajo o porque no han cotizado en la Seguridad Social los nueves meses que ahora se exigen como mínimo», confirmó ayer Isolda Perelló, delegada en Valencia de la Asociación América – España, Solidaridad y Cooperación (AESCO).

Desde la asociación de ecuatorianos y latinoamericanos Juan Montalvo denunciaron que las condiciones para renovar la residencia «son demasiado duras por lo no queda más remedio que volver a casa y echar por tierra todo lo luchado», lamentó el portavoz de la agrupación en la Comunitat Valenciana, Edgar Constante. «También te deniegan la autorización si has cometido una mínima infracción, aunque sea una multa de tráfico», se quejó.

Además, el portavoz de la asociación criticó la demora en la respuesta sobre la concesión o no de los permisos solicitados. «Delegación del Gobierno tarda hasta seis o siete meses en contestar cuando antes lo hacía en tres. Muchas personas acuden a sus oficinas para interesarse sobre el trámite y nunca les atienden», se quejó Constante. En algunos casos estos retrasos causan problemas para los que tienen derecho a cobrar el paro.

Por nacionalidades, los ecuatorianos son quienes más están haciendo las maletas para volver a su tierra natal. De los 50.782 contabilizados a principios de año se han marchado 7.745. «Hemos gestionado la vuelta de 19 extranjeros a través del Plan de Retorno, en su mayoría de Ecuador. Se trata de familias completas con hijos, ahogadas por la precaridad laboral», reconoció la delegada de Aesco.

También hay casi 5.000 colombianos menos y a día de hoy en la Comunitat viven un millar menos de argentinos que hace seis meses. «Hemos notado que muchos compatriotas están retornando. Algunos tienen la doble nacionalidad y deciden marcharse para probar suerte en su país y con la posibilidad de venir a España de nuevo a España si no les van bien las cosas. Aquí están sin trabajo, lejos de su familia y sufriendo el acoso policial», explicó la presidenta de la asociación de colombianos en Valencia (Alcolval), Blanca Orozco.

Según el último informe del Observatorio, dependiente del Ministerio de Trabajo e Inmigración, 16.109 extranjeros procedentes de Suramérica han dejado la Comunitat en los últimos meses. Pero no siempre ponen rumbo al lugar que les vio nacer. Algunos optan por probar suerte en «Italia, Inglaterra o Francia», enumeró Orozco.

Inglaterra y Suiza

«Los ecuatorianos que se han quedado sin papeles son conscientes de que en su país también hay problemas. Podemos decir que se está produciendo una reubicación de la inmigración. Se marchan unos meses a Suiza, Inglaterra o Estados Unidos», afirmó Constante.

La presencia de africanos en la geografía valenciana también se ha visto reducida. Por ejemplo, en el segundo trimestre del año hay 1.612 marroquíes menos en la Comunitat que el primero. En total, 69.149 personas procedentes de Marruecos siguen luchando por salir adelante en su nuevo hogar.

Además, la denegación de la tarjeta de residencia ha afectado a ciudadanos que en su día llegaron desde China, Filipinas o Indonesia. Medio millar de asiáticos han tenido que deshacer camino y abandonado la región valenciana en los últimos meses.

Sin embargo, las autorizaciones han incrementado en algunos casos. Los extranjeros con permiso de estancia por estudios en vigor han aumentado de 3.711 entre enero y marzo a 3.859 hasta julio.

Las estadísticas del Observatorio Permanente de la Inmigración arrojan un ligero crecimiento de alemanes e ingleses en la Comunitat. Llama la atención el aumento de tarjetas de residencias concedidas a rumanos (2. 600 más que en el primer tramo del año) y búlgaros (633 más). Aunque el cómputo de extranjeros procedentes de la Unión Europea también ha caído. Hay 3.672 europeos menos establecidos en el litoral valenciano.