Hace días que los vecinos de la calle Primero de Mayo de Silla no hablan del calor, ni de dónde se van a ir de vacaciones, ni siquiera de la crisis. Sólo hay un tema que comentar: la mezquita. El rumor que hace unas semanas se escuchaba en voz baja se ha confirmado: unos ciudadanos magrebíes han solicitado al Ayuntamiento una licencia para ubicar una mezquita en el barrio. Todavía no se ha dado el visto bueno desde el Consistorio, pero algunos residentes de la zona han mostrado su rechazo y ya están pensando en actos de protesta para presionar al alcalde y evitar que un lugar de culto musulmán se ubique en el barrio.

Maribel es una de las vecinas que ha decidido comenzar una campaña de recogida de firmas para intentar impedir que uno de los bajos de esta calle, la antigua panificadora, se convierta en una mezquita. «Los vecinos han recibido un escrito y en unos días comenzaremos una recogida de firmas. Estamos en contra de que se instale un lugar así porque degradará la zona», asegura. Otra vecina explica: «sabemos que el propietario está en conversaciones para ubicar aquí la mezquita y que ya ha enseñado el local».

Mientras hay quien habla de «degradación», otros justifican su negativa por la aglomeración de personas en una calle corta y estrecha. Esto se va a llenar de gente», explica una vecina de esta calle, que no alcanza los 50 metros de longitud.

Las mujeres del barrio parecen las más reacias a que se instale un lugar de culto en la calle Primero de Mayo. «Tendremos que pasar entre un montón de hombres que acudirán a la mezquita», añaden. Además, «si el ayuntamiento ha sacado los casales falleros fuera del pueblo, no entendemos por qué tienen que traernos aquí un local al que acudirá mucha gente», añade el propietario de un negocio cercano.

No quieren que se les acuse de racistas, porque «si fueran a instalar un pub estaría en contra igual, por el ruido y la concentración de gente», dice Maribel.

La anterior mezquita estaba ubicada en el Parque San Roque, muy cerca de la sede de España 2000, un partido que ha conseguido tener representación en el Ayuntamiento de Silla con un concejal. Pero los musulmanes que acudían a rezar a la mezquita se quejaban en realidad de que el ruido que se generaba en la sede de la asociación andaluza, ubicada muy próxima al local de culto, les molestaba.

No es la primera vez que los vecinos se quejan de la ubicación de una mezquita en un barrio. Hace siete años, en Torrent los vecinos de la calle San Nicolás recogieron firmas y se movilizaron para impedir que un centro religioso musulmán abriera en un local del barrio. No consiguieron que la mezquita abriera sus puertas, pero ahora se quejan de que la estrechez del local obliga a decenas de fieles a rezar en la calle.

Las mezquitas de localidades como Torrent, Valencia, Benetússer, Alcàsser, Catarroja, Benicarló o Alicante están muy saturadas. Como ya relató LAS PROVINCIAS, en el barrio de Orriols de Valencia deben acudir al polideportivo del Cabanyal, en otro distrito, mientras en la Gran Mezquita de Valencia, dada la masificación, rezan hasta en el sótano. Según dijo hace unos meses una responsable del Ministerio de Trabajo, los Ayuntamientos deben hacer un «esfuerzo» para dar un espacio público a las distintas confesiones.