Los navarros autóctonos no sustituyen en los peores trabajos a los inmigrantes pese a la crisis
las excepciones son algunos empleos en el sector de la industria y la construcción
El autóctono rechazará lo precario mientras pueda elegir, según explican los expertos
Diario de Noticias, , 11-08-2010pamplona. Llega la temporada de recolección de fruta y hortaliza, y el agro navarro no espera muchos jornaleros de casa. Los datos apuntan a que la crisis no ha sustituido a trabajadores autóctonos por extranjeros, y Navarra no es una excepción. La Generalitat de Cataluña envió cartas, a finales de mayo, a 7.803 parados de toda la comunidad ofreciéndoles la posibilidad de realizar trabajos agrícolas (recoger fruta en Lleida) y tan sólo un 21% aceptó.
Lo cierto es que los navarros tampoco sustituyen a los inmigrantes en los trabajos de categorías más bajas y los extranjeros siguen copando puestos no cualificados, un fenómeno generalizado en todo el Estado, tal y como refleja el último estudio Inmigración y Mercado de Trabajo 2010 del Ministerio de Trabajo. El informe anual señala que los extranjeros “siguen concentrados” en los empleos de baja cualificación, que agrupan al 11% de los españoles y que asciende al 35,9% en el caso de los inmigrantes . Además, “la pérdida de afiliación que los extranjeros sufrieron en 2009 estuvo concentrada en las categorías intermedias” frente al fenómeno registrado en 2008, cuando el grueso de pérdidas de empleo se localizó en los puestos de menor cualificación. En casi todas las ocupaciones en las que los españoles pierden ocupados, también caen los extranjeros. En Navarra sucede lo mismo, aunque se puede hablar de excepciones, sobre todo en la industria y la construcción. Así, varias empresas cooperativas riberas consultadas coinciden en afirmar que en los últimos dos años se ha notado la incorporación de trabajadores locales, cuando “hace dos o tres años predominaba la mano de obra inmigrante”, reconocen desde Conservas Ria de Cadreita.
En la construcción se observa una mayor demanda de jóvenes dispuestos a trabajar en cualquier tajo, destaca el presidente de la ACP, Luis Martínez Oroquieta. “No les importa subir ladrillo, descargar camiones, limpiar planchas… del mismo modo que estamos volviendo a ver a cuadrillas de albañiles de la Ribera para trabajar en la obra”, reitera.
El pasado año acabó con una tasa de paro del 18,8% para el conjunto de la población, de la que un 16,8% correspondió a los españoles y un 29,7% a los extranjeros, mientras que en la Comunidad Foral el salto entre los dos colectivos fue mayor ya que la tasa de paro para los nacionales era del 9,4% y 27,88% para extranjeros, aunque esta diferencia se ha aminorado en los últimos meses a favor del inmigrante. En los próximos años se avanzará hacia un mercado laboral que requerirá de mano de obra cada vez más formada y seguirá haciendo ocupaciones que exigirán captación de trabajadores extranjeros, concluye el estudio, que calcula que se mantendrá estable un 15% de trabajadores extranjeros en el mercado laboral.
oportunidad Por otro lado, el desempleo entre inmigrantes no es nuevo, precisan los expertos. “Antes de la crisis ya había una tasa de desempleo significativamente alta porque han ido ocupando sobre todo empleos con una alta flexibilidad”, advierte el sociólogo Miguel Laparra. Si se disparan las cifras de parados entre los extranjeros es porque había muchos recién llegados al inicio de la crisis, “pero una buena parte de los empleos de los inmigrantes se está manteniendo”, señala el profesor de la UPNA. “Las oportunidades de empleo ya eran distintas antes de la crisis, y siguen siéndolo. Mientras la población autóctona pueda elegir, habrá trabajos precarios que rechacen”, observa. Autóctonos que, por ejemplo, ya no regresan al campo. “Casi nunca ha vuelto al campo la población que dio el paso a actividades de entornos más urbanos; la vuelta al trabajo de jornalero es extremadamente excepcional”. “Podría llegar a darse si las cosas se ponen muy mal”, añade. En el sector primario, el agricultor pequeño es empresario o jornalero por cuenta ajena que “pasa una temporada de su vida, pero es complicado mantenerse ahí. Los inmigrantes también se van de ahí en cuanto pueden, y tres de cada cuatro se han ido de la agricultura en dos años, como lo muestra nuestro último estudio”, aclara. “En el ámbito urbano se buscan otras opciones. Ayer fui a Leroy Merlin y estaba abarrotado; son meses propicios para hacer pequeñas reparaciones y arreglos en casa, hay una parte de la población inmigrante que puede hacer algunas chapucillas pero también la autóctona”, remarca. Al sector servicios cree que tardará mucho en acudir la población autóctona, salvo que la situación económica se deteriore sobremanera y “no es previsible”. También buena parte de las mujeres autóctonas que abandonaron el servicio doméstico al llegar las inmigrantes están jubiladas, y las jóvenes “mientras pueden elegir prefieren otros trabajos”. Sí hay trabajos poco cualificados donde existe “más oportunidad para el encuentro pero depende de cada sector”. En la construcción ya convivían ambas poblaciones, “aunque algo más cualificada la autóctona”. En tajos como limpiezas industriales creció la población inmigrante y “ahí puede haber oportunidades de empleo”, afirma.
acomodados Antibio Martínez, del Observatorio Permanente de la Inmigración de Navarra, remarca que la agricultura navarra (menos intensiva que en otras comunidades) ya no necesita tantos jornaleros, “su número se ha ido reduciendo, y además se iba cubriendo con inmigrantes asentados aquí durante las temporadas de cosecha”. Ahora comienza la temporada en el campo, “trabajo hay, otra cosa es que nos interese a los autóctonos… Nos hemos acomodado”. No hay relevo laboral en otros trabajos donde sí existe nicho de empleo como en el cuidado de personas. Por otro lado, el trasvase o recolocación de inmigrantes ya se ha producido. No hay más que verles con pequeños negocios, empresas de construcción o hostelería.
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