El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que el Ejecutivo está dispuesto a «aclarar, dialogar e informar» a Marruecos sobre las denuncias de agresiones a sus ciudadanos en la frontera con Melilla, pero subrayó que la Policía española actúa con la «máxima corrección».

Zapatero se refirió a las protestas hechas por Rabat en los últimos días contra la Policía Nacional y la Guardia Civil en la rueda de prensa ofrecida en el Palacio de Marivent de Palma al término de su primer despacho del verano con el Rey. Las denuncias del Gobierno de Rabat de los últimos días hablan de agresiones racistas en la frontera de Melilla y del supuesto abandono frente a sus costas de ocho inmigrantes subsaharianos en mal estado de salud por parte de la Guardia Civil.

El jefe del Gobierno manifestó la «total disposición» para que los Ministerios de Asuntos Exteriores e Interior esclarezcan estas denuncias con el fin de que «no supongan ningún factor que entorpezca las relaciones» entre ambos países. No obstante, dejó claro su apoyo a la labor que los policías y guardias civiles desempeñan en Melilla .

«Aclaración, diálogo e información y, por supuesto, convencimiento de que nuestras fuerzas seguridad actúan con la máxima corrección», subrayó Zapatero.

Tanto Exteriores como la Delegación del Gobierno de Melilla han negado los casos de los que habla Marruecos y han destacado el respeto a la legalidad de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Zapatero insistió en que hay una «buena relación» entre España y Marruecos que se va a mantener por tratarse de una cuestión «prioritaria».

«Estoy convencido de que también lo es para el Gobierno de Marruecos. Ha sido en toda esta etapa. En los últimos años ha habido un trabajo que se ha ido edificando y construyendo, y que es muy positivo», comentó. En su opinión, «cuando las cosas funcionan bien entre España y Marruecos, hay muchas cosas que funcionan bien para ambos países». «Y en eso vamos a perseverar», añadió.

El jefe del Gobierno insistió en que un «principio» de su política exterior es «priorizar las buenas relaciones» con vecinos como Marruecos, con el que «nos unen muchos intereses y mucha tarea en común.