En la carta “Copago en Sanidad”, Montse Guiamet propone frenar el gasto sanitario para los inmigrantes (6/ VIII/ 2010). Explica que su marido operó a una dominicana que no tenía tarjeta sanitaria. Felicito a su marido por semejante derroche de altruismo, pero me gustaría aclarar que la inmensa mayoría de las personas que hemos venido a España a trabajar cotizamos a la Seguridad Social. Soy dominicana de nacimiento y española de adopción, llevo 18 años en este país y en todo este tiempo no he dejado de cotizar ni un solo mes.

Dejando aparte el hecho de que hay miles de españoles que jamás han cotizado y se benefician de la sanidad pública (por ejemplo, las mujeres mayores que nunca han trabajado fuera de casa porque en su época no era habitual hacerlo). Los inmigrantes solemos ser lo que los economistas llaman “contribuyentes netos”, es decir, aportamos más de lo que recibimos del sistema sanitario, por un motivo muy sencillo: nuestra media de edad es más baja que la media de la población española en general.

Siempre se habla de las excelencias de la sanidad pública española y europea, pero parece que, cuando los inmigrantes se benefician de esto, deja de ser tan maravilloso.