Ayer empezaron a patrullar la porosa frontera entre México y EEUU los primeros miembros de la Guardia Nacional desplegados en el sur del país para servir de apoyo a la policía que se dedica a la lucha contra las mafias del narcotráfico. En total, se prevé que de aquí a finales del mes de septiembre habrá 1.200 soldados destacados en los estados que limitan con México.

La medida fue anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional el pasado 19 de julio, en pleno debate sobre la ley de Arizona, y entre quejas por parte de los estados de la inacción del Gobierno federal en el control de la frontera. Con la llegada de estos refuerzos, el número de efectivos de las fuerzas del orden custodiando la frontera alcanzará un récord histórico, un argumento esgrimido por la Administración Obama para demostrar su compromiso con la seguridad de la región.

Curiosamente, Arizona será uno de los últimos estados en recibir la ayuda de la Guardia Nacional, un cuerpo de voluntarios del Ejército. Los 524 soldados asignados a este territorio deben someterse aún a una revisión de sus antecedentes penales, exámenes médicos, y varias semanas de capacitación especial antes de iniciar sus patrullas.

Arizona es, con diferencia, el estado que recibirá un mayor número de efectivos, seguido por Texas, con 250. California y Nuevo México contarán con 224 y 72, respectivamente. Otros 130 ofrecerán apoyo logístico a más de un estado.

La llegada de la Guardia Nacional fue acogida con escepticismo por parte de algunos activistas pro inmigración, que consideran que el movimiento tiene motivaciones únicamente políticas, y que ayudará a crear la percepción errónea de que la situación en la frontera está fuera de control. En cambio, entre las filas republicanas, se considera que el envío es insuficiente. En declaraciones a la cadena CNN, John McCain, senador por Arizona, subrayó que la violencia al otro lado de la frontera ha alcanzado tales cotas, que es necesario el despliegue de un mínimo de 3.000 soldados.

La Guardia Nacional se limitará a tareas de logística, y de inteligencia en apoyo de la policía fronteriza, pero no estará autorizada a llevar a cabo detenciones de inmigrantes indocumentados. Así pues, se dedicará a localizar a posibles grupos de contrabandistas, o de inmigrantes indocumentados cruzando la frontera, y alertar a los agentes de la patrulla fronteriza.