El reto de la inmigración
Arizona, hora cero
Al menos 200.000 hispanos se han ido por miedo a la nueva ley de inmigración
La Vanguardia, , 28-07-2010Al abrir la puerta se oye una voz que parece proceder de ultratumba. “Vuelve a la vida”. Esta es la casa de Santy el Andariego – en la zona del centro de Phoenix-,el autor del himno de la resistencia hispana con un coro que canta “aquí estamos y nos quedamos, de Arizona no nos vamos”.
Pero muchos se han marchado. Dicen que al menos 200.000 han emprendido la diáspora, una situación de la que empiezan a resentirse los negocios de la capital del estado del Gran Cañón. “Hemos ido llamando puerta a puerta por los barrios de la ciudad, intentando informar a la gente para que pierda el miedo, y hemos encontrado muchos apartamentos vacíos”. Así habla Francisco Pacheco, uno de los líderes del movimiento popular que impulsa la desobediencia pacífica a la nueva ley de inmigración.
Sus esfuerzos por neutralizar el miedo no han impedido que numerosos ciudadanos tengan embaladas sus posesiones para emprender la huida. Y los hay que reconocen que han hecho acopio de alimentos para no salir de casa durante unos días a partir de mañana. A todos ellos les caracteriza un rasgo, en su cara llevan escrito su origen y dónde arrancó su viaje. Presas fáciles.
Arizona se sitúa en la hora cero ante una legislación en la que se mira Estados Unidos. Una ley que, según los colectivos hispanos, criminaliza por el color de la piel. En el bando contrario están los que la ven necesaria para acabar con la inseguridad.
Ayer, todos estaban pendientes de que la juez Susan Bolton resolviera los recursos en contra de la denominada SB1070. “Rezo a Dios varias veces al día para que la juez sea justa”, dice Yolanda, cocinera sin papeles en un restaurante de propietario mexicano. “Sufrí mucho para llegar a este lugar, sólo quería trabajar y salir adelante, y nos tratan como animales”. De la decisión judicial depende que la norma entre en vigor o se paralice por las dudas sobre su constitucionalidad. “Si no la frena, yo soy de las que se marchan”, confiesa Yolanda muy a su pesar. “Es puro racismo”, añade.
El tiempo se agota y al cierre de esta edición (la diferencia es de nueve horas, por lo que aún había bastante margen), la magistrada seguía sin dar pistas. Sin embargo, en el entorno del Tribunal Federal se había montado el dispositivo por si acaso se organizan manifestaciones y protestas.
¿Todos pendientes? El sheriff Joe Arpaio – un tipo odioso y vengativo para unos; un héroe para los otros-ordenó una nueva redada en una empresa. Detuvo a cinco empleados indocumentados y apareció satisfecho ante los medios de comunicación.
- ¿Qué hará si bloquean la ley?
- Seguiré trabajando, en la misma línea que hoy.
Una respuesta que no es más que un refuerzo del temor que domina a la comunidad hispana. La historia viene de lejos, hace años que vive bajo la incertidumbre del qué pasará. Las palabras de Arpaio ratifican la opinión generalizada de que la “cacería” de la nueva ley sólo es la culminación de un largo proceso. “Diga lo que diga la juez – sostiene Carlos García, de Puente Arizona-,mantendremos los actos convocados. A los jornaleros que se paran en la calle se les va a perseguir igual”.
En la calle Thomas, en dirección al este, un grupo de hombres pasea o charla en un aparcamiento. Resulta más que evidente que están a la espera de que llegue alguien y les ofrezca una ocupación por horas, una mudanza, arreglar un jardín, hacer alguna reforma. Daniel es de los que piensan quedarse, “a ver qué pasa”.
Pero lo tiene claro: “Peligramos todos”. Por si acaso, mañana no se dejará ver. Arpaio anuncia que saldrá al primer segundo de vigencia de la ley. Incluso ha ampliado con cien plazas su tercermundista cárcel de toldos – Tent City-,a la que ha bautizado como SB1070. Carlos hace una mueca. “Me voy, no me puedo arriesgar a pasar seis meses en la cárcel, ¿de qué comerá mi familia?”.
El apartamento de Santy el Andariego – en 1986, al acabar magisterio, estuvo seis meses recorriendo a pie México, con su guitarra-también es estudio de grabación. Hoy toca una cuña radiofónica para Contacto total – de la estación onda 1190 AM-,el programa de mayor audiencia entre la comunidad hispana. El colombiano Gabriel Villalba, el productor, inició esta aventura hace cinco años, tras dejar California. Se estableció en Phoenix. Era una ciudad de economía floreciente. “Mientras la gente piensa en marchar, nosotros somos la resistencia”.
Los indocumentados son unos 450.000, una sexta parte de la población de la metrópolis. Sin embargo, la realidad puede llevarle la contraria. Si se van los sin papeles – trabajan en la rica zona norte y viven en el sur-,muchos negocios perderán la clientela – algunos ya reconocen estar por debajo del 50%-y la publicidad radiofónica desaparecerá.
El marisco. El que hace resucitar es el marisco, el que sirven en el restaurante Vuelve a la Vida, que aún resiste al miedo.
Sí a la ley, pero no a que se expulse a los trabajadores
Las encuestas no dejan de aparecer. Algunas indican que se detectan fisuras en el apoyo masivo de los hispanos a Barack Obama, pese a su iniciativa de recurrir contra la ley de inmigración de Arizona. Parece insuficiente y lo que piden es que se haga una regulación que acabe con esta situación incierta. Otros sondeos publicados por la prensa de Phoenix indican que el 55% de los ciudadanos del estado apoya la nueva regulación, por un 36% que se opone. Sin embargo, uno de los datos más reveladores señala que el 62% quiere que los trabajadores se queden en Arizona. Esto significa que sólo tres de cada diez encuestados desea que se les expulse.
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