Hace muchos años eran lugar de entrenamiento. Por sus pasillos y galerías caminaban, disciplinados, los soldados y sus mandos. Ahora la maleza crece irreverente por todos sus rincones, son refugio de inmigrantes sin recursos o nutren de material a los chatarreros. Antiguos cuarteles militares se dispersan por la provincia de Valencia sin un futuro claro.

Las vetustas paredes del Parque de Artillería hoy solo albergan soledad y despreocupación. Sus garitas están vacías. Un vigilante custodia estas fantasmagóricas instalaciones. «Está en desuso desde hace más de 20 años. Aunque vienen a limpiarlo de vez en cuando, en verano nos preocupa que se prenda fuego», lamentan Alberto y María del Carmen, un matrimonio que reside en la calle San Vicente de Valencia.

«Es un espacio muy grande que podría aprovecharse. Nos han prometido muchas cosas pero, de momento, sigue estando ahí abandonado», critica otro vecino.

En mayo, el Ayuntamiento ratificó el convenio de colaboración con la Generalitat y SEPES, Entidad Pública Empresarial del Suelo, para construir 970 viviendas, de las cuales 600 serán protegidas. Pero lo cierto es que a día de hoy este antiguo cuartel sigue detenido en el tiempo.

Otro terreno militar echado a su suerte se encuentra en el municipio de Bonrepòs. Caminar por sus viejas instalaciones es como hacerlo por una ciudad bombardeada. Está aniquilado, pero no por obuses, sino por años y años de abandono. El suelo es una alfombra de escombros y los picos resquebrajan sus paredes. Los sostienen inmigrantes sin papeles como Magubo, un senegalés que llegó en patera y ahora pica los muros con ahínco. Les pagan ocho euros por cada ladrillo que arrancan de la pared y así, día tras día, los muros del antiguo recinto militar desaparecen.

Más de medio centenar de inmigrantes se han establecido en lo poco que queda de los viejos cuarteles, abandonados desde hace más de una década. Allí, entre las palmeras y matorrales que crecen anárquicamente, ellos hacen su vida. Allí tienden, duermen, cocinan, comen. Uno olor nauseabundo mana de las antiguas galerías militares. Restos de comida y excrementos lo convierten en un lugar sin higiene. Las ratas y los insectos se han convertido en vecinos habituales de este núcleo de pobreza.

«Llevo dos años aquí. Somos más de 60 personas. Duermo en un colchón en el suelo con otro compañero. No puedo permitirme otra cosa, no hay trabajo. No es lo que esperaba cuando llegué a Valencia», reconoce Sachy, un hombre de 40 años nacido en Ghana.

Hace sólo unos días el Ayuntamiento y la Conselleria de Solidaridad y Ciudadanía pusieron en marcha un protocolo de actuación, con la colaboración de dos ONG’s, para realojar a todos los inmigrantes . Pero el proceso será largo.

El extenso terreno pertenecía al Ministerio de Defensa aunque fue devuelto a sus antiguos propietarios, que piden al Consistorio que se recalifique. El Ayuntamiento ya ha aprobado el pliego de condiciones para el cambio de uso a terciario.

Los vecinos del barrio de Nazaret también exigen al Ministerio de Interior que se haga cargo del cuartel de la Guardia Civil situado en la calle Castell de Pop. Catorce años de abandono donde no han faltado ocupas, ratas y mucha suciedad. «El edificio está tapiado pero hay peligro de derrumbe», alertó Rosario, que vive en el barrio.

Derribo

Fuentes de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado (Giese), dependiente de Interior, aseguraron que las previsiones son que se derribe «antes de que acabe el verano».

Paterna también alberga diversos terrenos militares. Aunque en esta localidad de l’Horta algunas de ellas ya tienen un futuro claro. El cuartel de Daoiz y Velarde, con una extensión de 400.000 metros cuadrados, podría acoger instalaciones universitarias. De momento, el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa han renovado una prórroga hasta el año 2012. «Las instalaciones son muy amplias y hay espacio inutilizado. La idea es trasladar el actual regimiento a otro cuartel nuevo, con servicios más modernos y de un tamaño más adecuado», explicaron desde el Consistorio.

El antiguo campo de tiro de Las Muelas albergará viviendas. En la zona conocida como Llano del Cura, el Ayuntamiento de Paterna ya aprobó un PAI a finales de 2008. El objetivo es construir 2.300 casas, el 30% de protección oficial. Además, habrá zonas verdes y parques.

Una actuación que ya está en marcha es la remodelación de la colonia militar de Paterna. En total, se construirán 220 viviendas protegidas y 30 adosados (estos ya finalizados) aunque todavía falta que se echen abajo algunos pabellones militares para que concluya el proyecto.