Las mujeres inmigrantes tienen más posibilidades de sufrir malos tratos

Un riesgo multiplicado por seis

La Vanguardia, CELESTE LÓPEZ - Madrid , 23-07-2010

Siempre es muy difícil para una mujer víctima de malos tratos romper el círculo de violencia que soporta, tal es la soledad, la angustia y, en muchos casos, la dependencia psíquica y económica en la que se encuentra. Pero más aún si esta mujer es inmigrante, y vino un día a este país de la mano de su pareja, procedente de lugares en los que el papel del hombre está por encima del suyo de manera incuestionable. Para ellas, todo es aún más complicado.

Así lo reconocen las organizaciones no gubernamentales que trabajan con ellas, y el propio Gobierno, que ha puesto en marcha el Plan de Atención y Prevención de la Violencia de Género en la población extranjera inmigrante 2009-2012. Y es que, como diferentes estudios revelan, las mujeres extranjeras tienen un riesgo seis veces mayor de sufrir malos tratos que las españolas (en lo que va de año han sido asesinadas 16, lo que representa el 39%).

Hay factores culturales, sociales y demográficos que influyen en esta sobredimensión del maltrato de género en estas mujeres. “Uno de los grandes problemas que se encuentran este colectivo es que, cuando llegan aquí y ven cómo son las españolas y cuál es su relación con el varón, empiezan a cuestionarse su papel y a decir basta a determinados comportamientos machistas, algo que no suele ser bien recibido por él. Esto se traduce en muchos casos en una intensificación del control hacia la mujer para impedirle mantener relaciones de amistad, de trabajo y familiares”, señala el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente.

A esto se suma que una buena parte de los inmigrantes vive en barrios con otros compatriotas, lo que afianza los pensamientos y costumbres adquiridos en su tierra. “El varón no permitirá que la mujer se salga de la costumbre adquirida porque hacerlo sería dejarle humillarle. Y ante esta situación, se inicia el ciclo violento”, señala. Según datos facilitados por el Ministerio de Igualdad, el colectivo de inmigrantes que más sufre la violencia de género es el latinoamericano (el 50,7% de las mujeres inmigrantes asesinadas), seguidas de las de la UE, 25,4% y las africanas, sobre todo, las magrebíes. En Catalunya, por su mayor presencia, tanto el número de denuncias como el de asesinatos es mayor en este colectivo. “Sin embargo, es un porcentaje posiblemente más bajo de lo que en realidad es, porque en la población magrebí existe, además, un componente culturalreligioso, que de alguna manera empuja a las víctimas a aguantar la violencia y a no romper con el maltratador”, señala Lorente.

Un estudio sobre este tema realizado por la abogada y miembro de la Comisión de Extranjería del Consejo General de la Abogacía Española Ana María Uría señala que no hay un perfil de mujer inmigrante maltratada, como tampoco lo hay de las españolas, aunque reconoce que “se dan una serie de circunstancias en torno a las inmigrantes que suponen un factor de riesgo”. Por un lado, el estrés que soportan por su condición de inmigrantes (llamado síndrome de Ulises), unido al choque cultural, mucho mayor cuando existe la barrera idiomática. El maltratador responde con el aislamiento más absoluto, impidiéndole incluso aprender la lengua del país, las amenazas (sobre todo, con quitarle a los hijos), privación de los recursos económicos y retirada de su tarjeta de residencia.

El desamparo y la desprotección es tal que hace aún más difícil romper el círculo de la violencia.

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