Hallan a un hombre asesinado junto a otro cadáver en Algemesí

Las Provincias, CARMEN CERVERÓ | ALGEMESÍ., 23-07-2010

Cuando Samir llegó a Algemesí, hace más de diez años, no imaginaba que su vida fuera a terminar de una forma tan trágica. Este joven, de unos 30 años, viajó desde el Magreb a la localidad de la Ribera Alta en busca de una vida mejor, pero el destino le jugó una mala pasada. Ha muerto degollado en una caseta propiedad de Renfe y situada junto a las vías del tren. Ayer fue hallado su cuerpo sin vida y no fue la única víctima. En el interior del ruinoso inmueble apareció otro cadáver cuya muerte investiga la Policía Nacional.

Según los primeros indicios, tras una agresión por arma blanca el joven norteafricano se desangró entre las paredes del viejo recinto, que hasta el momento de su muerte fue su hogar. Junto a él se encontró a la otra víctima, que aún no ha podido ser identificada. Seguramente no era la casa con la que la víctima habría soñado, pero sí un techo donde resguardarse de la lluvia y el frío en invierno. Hace aproximadamente dos años Samir se trasladó hasta este lugar, cerca de la estación y del río Magro, después de perder su trabajo como albañil a causa de la crisis económica.

Lo que se investiga ahora es qué pudo ocurrir en la madrugada del jueves en estas viejas instalaciones para un desenlace tan sangriento. Según los vecinos, fue «una personas que entró en la caseta a fumar la que descubrió los cadáveres y avisó a la policía».

En pocos minutos, los alrededores de este inmueble abandonado se llenaron de policías locales, nacionales y especialistas de Policía Científica, que inspeccionaron palmo a palmo el lugar. Dos horas más tarde, sobre las cuatro menos cuarto, se procedió al levantamiento del primer cadáver. Unos 25 minutos después se realizó el traslado del segundo cuerpo sin vida.

El escenario del homicidio no goza de buena reputación entre los residentes de la casas ubicadas junto al río Magro. Para los habitantes de esta zona «es bien sabido que allí se reunían extranjeros con problemas económicos y también algunos españoles que iban a refugiarse y a consumir drogas». Según describió una vecina, «nunca nos han dado ningún problema ni nos han molestado. Simplemente vemos cómo caminan hacía la casa y algunos duermen allí».

Muchos vecinos conocían a Samir, debido al largo periodo de tiempo que llevaba frecuentando la vieja caseta ferroviaria. Todos ellos lamentaron su pérdida. «Esta misma mañana (por ayer) le estaba esperando el hombre para el que trabaja en el campo», aseguró una mujer. Pero Samir no pudo acudir a su cita. Había sido asesinado.

La Policía Nacional no aportó, al cierre de esta edición, una versión oficial de lo ocurrido. A diferencia de Samir, la otra víctima no había sido identificada.

Así como el joven magrebí presentaba importantes signos de violencia en el cuello, la Jefatura Superior de Policía no se pronunció sobre la causa de la muerte del segundo individuo. Ambos cuerpos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde hoy está previsto que se les practique la autopsia.

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