AL DÍA

«Espero que mi caso sea una lección para que no vuelva a pasar»

Condenan a diez años de cárcel al agresor de Miwa Buene, el congoleño que quedó tetrapléjico

Diario Vasco, A.L., 09-07-2010

Miwa Buene, el ciudadano congoleño que quedó tetrapléjico tras ser víctima de un ataque racista, aseguró ayer sentirse «contento» por la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que condena a 10 años de prisión a su agresor. Buene destacó, ante todo, que el fallo debe ser «una lección para que no se repita» el episodio que le tocó sufrir. Tras pasar por el Centro Nacional de Parapléjicos de Toledo, Miwa Buene, de 45 años, casado y con dos hijos menores de edad, reside desde octubre de 2007 en el Centro de Lesionados Medulares de Vallecas.
«La condena que le ha caído a Roberto el agresor debe ser una lección para otras personas», insistió Miwa durante la rueda de prensa que concedió ayer junto a su mujer, Mirella, y el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, después de que se hiciera pública la sentencia.
Miwa consideró que dejar a su agresor en la calle o con una condena menor, la cual no hubiera contemplado el agravante de racismo, habría «levantado» a otras personas a realizar ese tipo de acciones violentas y xenófobas.
«Han sido tres años y medio de lucha hasta llegar aquí», comentó Miwa, que reconoció que no siente rencor hacia el agresor, aunque si éste le hubiera pedido perdón en el juicio no se lo hubiera concedido.
«Yo esperaba el perdón» en el juicio, reconoció Miwa, quien concluyó que si el condenado no lo hizo fue porque era una forma de negar lo que había hecho en la mañana del 10 de febrero de 2007, cuando Roberto le pidió tabaco y al decir que no le insultó llamándole «puto negro», «puto mono» a la salida de un bar de copas de Alcalá de Henares.
Ibarra, que manifestó que dejar tetrapléjica a una persona es la «peor condena», adelantó que no va a recurrir la sentencia, aunque se haya rebajado su petición de pena de doce a diez años, ya que el fallo explica que la agresión tuvo el agravante racista y de alevosía, y que recoge una gran «pedagogía social» en contra de la intolerancia.
Agravante de racismo
Miwa, que compareció en el Centro de Lesionados de Vallecas, se mostró esperanzado por el futuro e Ibarra le invitó a que forme parte como «activista» del Movimiento contra la Intolerancia.
«Miwa y Mirella solo pedían justicia, que se aplicara con rigor las leyes y que hubiera reparación de una situación difícilmente reparable», resaltó Ibarra, quien especificó que desde 1995 ésta es una de las aproximadamente diez sentencias que han recogido en España el agravante del racismo en un delito.
El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, asociación que se presentó en el juicio como acusación popular, aseguró que no tiene miedo a que la defensa recurra el fallo acogiéndose en el voto particular de un magistrado, que ha sentenciado que la pena debería haber sido menor porque el agresor no pudo haber previsto las consecuencias de su acción.
Respecto a que el condenado, Roberto Alonso, se haya declarado insolvente sobre la indemnización de un millón y medio de euros, Ibarra señaló que tanto en la cárcel como cuando salga «tendrá que dedicar parte de su vida a reparar su daño».
Preocupación familiar
Mirella reconoció que todavía no ha admitido lo que le ha pasado a Miwa, y mostró su preocupación por el futuro familiar, ya que tienen dos hijos menores de edad y solo viven de la pensión de él y de los trabajos de ella.
Miwa agradeció junto a Ibarra el apoyo que se ha dado a su caso en la prensa y se mostró esperanzado en un nuevo tratamiento hormonal para su mal que se está experimentando en el Hospital de Tetrapléjicos de Toledo.
Tras finalizar la rueda de prensa y responder a los periodistas presentes , Miwa salió de la sala acompañado de los aplausos de los numerosos medios de comunicación que acudieron a escucharle.

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