La incertidumbre ha durado trece días. Desde ayer, una joven de 18 años podrá pasear más tranquila por las calles de Andoain sin temor a cruzarse con la persona que el 25 de junio la agredió sexualmente y le dio una brutal paliza.
El presunto agresor, un menor de 17 años, permanecía desde entonces en paradero desconocido hasta que ayer fue detenido por la Ertzaintza. El arresto se produjo en las inmediaciones del Palacio de Justicia de San Sebastián cuando al parecer el fugitivo acudía a entregarse en compañía de un abogado y un familiar. Tras la detención, fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores para prestar declaración. Sobre las nueve de la noche el juzgado decretaba su ingreso en el Centro de Internamiento de Menores de Zumarraga.
La agresión se produjo en plenos Sanjuanes de Andoain. A primeras horas de la mañana del día 25, M.F.F. se dirigía a su casa después de haber pasado la noche con sus amigas. Cuando estaba a cien metros de su domicilio, la abordó un menor de etnia gitana que acababa de integrarse en su cuadrilla y que la condujo a una especie de txabola que hacía las veces de garaje. El joven quiso abusar sexualmente de la chica, que se resistió y recibió a cambio una brutal paliza.
Según el relato que hizo posteriormente la joven, el menor le rodeó el cuello con los brazos y apretó hasta que su víctima quedó inconsciente por falta de aire. Después llegaron los golpes, que rompieron la mandíbula de la joven y le provocaron un edema cerebral, además de numerosas contusiones.
Cuando ya no le quedaban más golpes que propinar, el agresor arrastró el cuerpo inerte de M.F.F. y la dejó abandonada en una zona de huertas en la trasera de la calle Aita Larramendi, un lugar deteriorado urbanísticamente y con viviendas en mal estado de conservación. Fue allí donde más de una hora después la encontró aún inconsciente una mujer que llamó a la Policía.
La joven fue hospitalizada y cuando despertó pudo revelar la identidad de la persona que le había agredido. Se trataba de un viejo conocido de la Ertzaintza, un vecino de Lasarte-Oria con familiares en Andoain que había sido detenido en esta última localidad hacía un año por clavar una navaja en la espalda a un joven al que quería robar la sudadera que llevaba.
Apoyo de los vecinos
Al parecer, a lo largo de estos trece días el fugitivo ha estado buscando fórmulas para entregarse a la Policía. El 28 de junio la madre del joven se puso en contacto telefónico con las autoridades y les comunicó la intención de acompañar a su hijo al juzgado. Por ello, durante todo el día, tanto la Fiscalía como la Policía permanecieron a la espera de recibir un nuevo aviso por parte de la familia. Sin embargo, en aquella ocasión el contacto no se produjo.
La noticia de la agresión y de la desaparición del presunto agresor provocó inquietud entre los habitantes de Andoain, que convocaron concentraciones de apoyo a la familia a las que acudieron vecinos y representantes institucionales.
El suceso reavivó el debate sobre la situación legal de los menores de edad, que por ley no pueden ir a prisión si cometen algún delito. Tras su detención en 2009, el ahora supuesto reincidente quedó en libertad mientras que a un amigo que tenía 18 años en el momento de los hechos le condenaron a cuatro años por participar en el intento de robo de la sudadera. Según la sentencia, la persona que clavó la navaja a su víctima fue el menor.