pamplona. “El mundo entero está ahí afuera, entre las cuatro paredes de este edificio. Es tan bonito…”, dice Martín Corera Izu, asomado a la puerta de su despacho de secretario del Registro Civil de Pamplona, por cuyas oficinas se tramitan cada día ocho expedientes de nacionalidad. Teniendo en cuenta los datos que ofreció durante 2009 la totalidad de la Comunidad Foral, donde se solicitaron 4.484 solicitudes para adquirir la nacionalidad española, la media resultante es de una docena de peticiones diarias, que se resuelven en Madrid en el plazo de un año o un año y medio.

La última anualidad supone un descenso casi inapreciable del 1,4% respecto a los datos de 2008, con lo que el número de solicitudes se mantiene estable, en una cifra muy elevada respecto a otras autonomías. Pero, ¿por qué hace un lustro no se superaban los 3.000 expedientes y ahora, por tercer ejercicio consecutivo, se encuentran las peticiones muy por encima de las 4.000? Sin duda, la respuesta hay que buscarla en la regularización masiva de inmmigrantes que se llevó a cabo en 2005, medida de fuerte impacto en la Comunidad Foral.

PAÍSES CON VÍNCULO ESPECIAL Esa regularización masiva ocasionó que a partir de esa fecha muchos inmigrantes vieran formalizada su situación legal en el país y pudieran solicitar la nacionalidad. Con sólo dos años de residencia legal y continuada en el Estado español, los inmigrantes oriundos de países de Latinoamérica (excepto de Jamaica, Trinidad y Tobago y Haití), Portugal,Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y la comunidad sefardí pueden iniciar los trámites para adoptar la nacionalidad dado el vínculo especial de España con esos países. Por tanto, en 2005 obtuvieron los papeles un buen número de inmigrantes llegados de esas procedencias que en 2007 ya podían solicitar ser españoles.

De todos modos, asomado de puertas para afuera al despacho de Corera, el Registro Civil de la capital no ofrece ni una pizca de desorden o colapso. Corera se congratula de que el número de tramitación de expedientes sea “muy alto” y lo atribuye a la adquisición de un “nivel de actividad y eficacia importante que da salida a las solicitudes con agilidad y rapidez”. Pamplona aglutina más expedientes que las tres capitales de la Comunidad Autónoma Vasca juntas, incluso más que Zaragoza, una ciudad que le dobla en población.

El iberoamericano es el principal núcleo de solicitantes y entre los países de esa latitud, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia son por orden de importancia los que más solicitudes aportan al total. “En Pamplona hay muy poca inmigración norteafricana, que está más presente en Tudela”, puntualiza Martín Corera.

El pasado año se solicitaron sólo en Pamplona 2.965 expedientes, cifra muy similar a la del curso anterior, y en números parecidos también se maneja Tafalla (hace dos años tramitó 321 y el pasado ejercicio fueron 309), mientras que en el resto de partidos judiciales se aprecia un descenso considerable en Tudela (hubo 872 en 2008 y 696 en 2009) y un ascenso notable en Estella (de 279 a 358 expedientes) y Aoiz (de 101 a 156 peticiones).

modalidades Dominan entre los solicitantes los que la tramitan por residencia (tras residir en España el tiempo estipulado por la ley para cada país de origen) que implica que los adquirientes sus hijos están bajo la patria potestad de un español y la adquieren por opción (menores de 14 a 18 años) o por autorización (menores de 14 años).

Además, dicha nacionalidad se puede adquirir por atribución (los hijos de extranjeros a los que éstos no atribuyen su nacionalidad de origen cuando nacen en el Estado español), por recuperación (el ciudadano perdió la nacionalidad española porque así se lo exigió su marcha al extranjero) y por conservación (un ciudadano español que adquiere otra nacionalidad y en un plazo de tres años manifiesta que también quiere conservar su nacionalidad española) y por matrimonio (el extranjero/a se casa con un español/a). Se calcula que en Navarra el 20-22% de los matrimonios con mixtos y se incluyen en estos supuestos de petición de nacionalidad inmediata.

Más tienen que tardar aquellos solicitantes que sean asilados o refugiados políticos o humanitarios que deben haber vivido cinco años en el Estado para hacer la solicitud. Hasta diez años deben transcurrir aquellos no incluidos en los supuestos anteriores (africano, EEUU…).