NUEVOS RESULTADOS DEL TRABAJO DE LOS FORENSES

La identificación de los fallecidos alivia la trágica espera de las familias

Blanco insiste en la imprudencia y el embajador de Ecuador critica las «conclusiones precipitadas». La cifra de muertos en el atropello de Castelldefels desciende de 13 a 12 tras las pruebas definitivas.

El Periodico, ÓSCAR TORAL / RAFA JULVE / Barcelona, 27-06-2010

«Nos confirmaron que es mi hijo. Ya quedamos tranquilos». Oír hablar de tranquilidad a Roberto Silva justo después de que le aseguren que su vástago ha fallecido causa desconcierto, pero es una reacción común entre quienes han pasado varios días de incertidumbre sobre la vida de un ser querido, según los psicólogos. Similar alivio sintieron los allegados del colombiano John Mauricio Osorio, después de que los forenses del Institut de Medicina Legal de Catalunya terminaran ayer las labores de identificación de los fallecidos en la tragedia de Castelldefels, con la novedad de que la cifra de víctimas descendió de 13 a 12 después de las pruebas definitivas.

La familia del joven ecuatoriano Eduardo Silva llegó a la Ciutat de la Justícia poco después de la una de la tarde para recibir la ratificación de su fallecimiento. Sus allegados tenían un semblante más tranquilo que el del día anterior. «El jueves nos dijeron que era él, el viernes que no estaban seguros y por la tarde vinieron a casa a tomar muestras biológicas, y ahora nos han vuelto a llamar. Tenemos muchas ganas de acabar con esto», comentó Segundo Medina, tío del muchacho. «Nos gustaría recibir los restos cuanto antes, pero nos han dicho que quizá tarden siete o diez días», añadió.

El colombiano Conrado Herrera, cuñado de una víctima del atropello, supo ayer de la muerte de su conocido John Mauricio Osorio. Fue una noticia esperada: «Llevamos muchos días de zozobra y, paradójicamente, la certeza alivia». Antes de conocer la identificación, Herrera participó en el acto de homenaje que una treintena de colombianos celebraron en el apeadero de Platja de Castelldefels en memoria de sus connacionales.

INCERTIDUMBRE ANGUSTIOSA / El coordinador del equipo de psicólogos que atiende a las familias, Andreu Cuartero, considera habituales estas rea – cciones: «La incertidumbre sobre la vida es uno de los sentimientos que causan más angustia, y la confirmación del fallecimiento acaba con ella. Puede que la persona se derrumbe en el momento de saberlo, pero al mismo tiempo siente alivio por el fin de la incerteza».

Sin embargo, en el caso de la tragedia de Castelldefels falta un paso clave: la entrega de los restos mortales. «El no tener el cuerpo del fallecido agrava la carga traumática de la situación. Los familiares desean recibirlos lo antes posible para iniciar el proceso de la despedida y el luto», explicó Cuartero.

«MUCHOS DÍAS» PARA LA ENTREGA / Los parientes, no obstante, aún tendrán que esperar «muchos días», según informó la consellera Montserrat Tura. La reducción de la cifra de muertos de 13 a 12 –anunciada por la mañana por el Tribunal Superior de Catalunya y confirmada horas después por el Departament de Justícia– da una idea de la dificultad de la identificación de todos los restos. Los forenses, que han trabajado día y noche desde el accidente, consideraban hasta ayer que contaban con 13 cuerpos, pero los análisis de ADN hallaron el mismo perfil en dos de ellos. La última víctima en ser identificada fue una mujer rumana de 30 años cuyo nombre no se desveló porque su familia aún no estaba al corriente de la luctuosa noticia.

En cuanto a los heridos, los diez hospitalizados por el atropello evolucionan favorablemente. Solo dos se encuentran graves –dos mujeres de 18 y 45 años con sendas facturasde tibia y peroné–, otros dos, menos graves, y los seis restantes, leves.

RESPONSABILIDAD EN LAS VÍAS / En el frente político, el titular de Fomento, José Blanco, volvió a atribuir ayer el accidente a una temeridad. «[Los últimos informes] ratifican que ha sido una imprudencia lo que ha causado la tragedia que nos ha asolado a todos», comentó el ministro, que aprovechó también para hacer una «llamada a la prudencia» y concluir que «en ningún caso se pueden cruzar las vías, y en este sentido es necesario apelar a la responsabilidad de los ciudadanos».

En la misma línea se manifestó el presidente de la Generalitat, José Montilla, quien advirtió de que la mejora de los accesos a las estaciones y de los mecanismos de información y seguridad «siempre serán insuficientes si no tomamos consciencia de nuestra fragilidad». «Hay un punto en el que nuestra responsabilidad es solo nuestra y no la podemos transferir a nadie», añadió.

Ante las declaraciones políticas que atribuyen el suceso únicamente a una imprudencia, el embajador de Ecuador, Galo Chiriboga, criticó que se den «conclusiones precipitadas que solo conducen a mortificar de manera innecesaria a las víctimas», se mostró «complacido con que se haya iniciado una investigación» y mostró su confianza en «los mecanismos judiciales» para que «establezcan las causas del accidente».

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