Aún hay migrantes desaparecidos tras la tragedia férrea en Cataluña

El Universo, 26-06-2010

Fueron a celebrar a San Juan, pero nunca imaginaron que unos terminarían en las vías del tren, y otros llorando. Intentando mantenerse sereno, Javier Chamorro, de 17 años, aguardaba por información en las afueras del Instituto de Medicina Legal. Ayer en la tarde, finalmente le confirmaron el fallecimiento de su hermano Diego, con quien había ido a Casteldefells. “El tren pitó después de que se produjo el atropello, no antes. Si hubiésemos escuchado al tren, nadie habría bajado a las vías”, comentó tras enfatizar que en la estación había poca luz y no sabían de la existencia del paso subterráneo.

Javier y su hermano Diego llegaron a España hace cuatro y seis meses, respectivamente. A ellos los trajo su madre, Silvia Pinchao, quien emigró hace 10 años y trabaja en una residencia de ancianos. “Los chicos vivían en La Tola (un barrio de Quito), con su abuelita. Silvia les trajo con mucha ilusión, con la intención de reunificar a la familia tras casi una década de separación”, explicó Fernanda Samaniego, tía de los chicos.

No es el único drama que el atropellamiento dejó al colectivo de inmigrantes ecuatorianos. Rosa María Vivar Arboleda, de 19 años y oriunda de Balzar, iba a la fiesta con sus amigos y ahora figura en la lista de “desaparecidos”, aunque sus familiares la dan por muerta. Les acompañaba Lizet Olivo Cervantes, en estado de gravedad. Ayer fue operada por segunda vez, porque los médicos intentan salvarle la pierna.

Otra ecuatoriana, la orense Rocío Alcívar, totalmente desconsolada, se presentó ayer en el Instituto de Medicina Legal porque buscaba, sin suerte, a Janela Luna Correa, de 16 años, la mejor amiga de su hija, a quien nadie había visto tras el suceso. Finalmente le confirmaron su muerte. “Teníamos la esperanza de que estuviera herida en un hospital. Cuando ella vino aquí tenía 8 años de edad, igual que mi hija. Crecieron juntas. Yo la conocí desde que era niña, porque en Santa Rosa todos somos amigos”, dijo.

Cerca de Alcívar estaba Armando Silva, de 44 años, fumando sin parar. Desde la noche del jueves sabía con certeza que su hijo Eduardo, de 18 años, estaba entre los “desaparecidos”, aunque no tenía la confirmación oficial.

Al principio le llamó la Policía para comunicarle que había ocurrido un accidente, aunque los únicos indicios con los que contaban era con testimonios de amigos del chico. Uno de ellos, el guayaquileño Alan Ramírez, narró que Eduardo estaba detrás suyo. “Yo crucé las vías con las justas, pero no volví a ver a Eduardo”.

Eduardo Silva dejó su hogar en San Luis de Pambil, provincia de Bolívar, hace tres años, para unirse a su padre, Armando, quien se gana la vida como albañil. Mientras el padre trabajaba, el muchacho estudiaba administración.

Hace algo más de dos años, Armando perdió a su hija Sara, de 19 años, de un cáncer. “Otra vez tengo que soportar una tragedia”, dijo, antes de que un grupo de funcionarios judiciales lo trasladen a una sala donde los familiares esperan noticias oficiales.

Los forenses continuaron ayer la difícil tarea de identificar de los trece fallecidos en el accidente. Hasta ahora se han identificado nueve de los fallecidos, ocho hombres y una mujer. Por nacionalidades los identificados son cinco ecuatorianos, dos bolivianos y dos colombianos.

Las identidades y nacionalidades son las siguientes: Jesús David Parada Ayala y Diego Erwin Gutiérrez Algarañaz (Bolivia), Jorge Eliecer Serrano Varón y Mauricio Osorio (Colombia); y los ecuatorianos Danny Ariosto Cedeño Caina, Diego Fernando Chamorro Pinchao (Quito), Janela Lizeth Luna Correa (Santa Rosa), Rosa Vivar Arboleda y Carlos Mejía Aguas (los dos de Balzar).

A ellos se sumarían Eduardo Silva, de San Luis de Pambil; y Franklin Chóez Troncoso, de Portoviejo, cuyas familias los dan por muertos.

La consejera de Justicia de Cataluña, Montserrat Tura, explicó que había otra víctima mortal identificada pero que su nombre no se daba a conocer por pedido expreso de sus familiares.

El juez de Barcelona que investiga el accidente ha requerido al Ministerio de Fomento y a las autoridades ferroviarias que le faciliten sus investigaciones internas sobre el accidente a fin de desvelar las circunstancias del mismo.

Ya el ministro español de Fomento, José Blanco, al igual que otras autoridades españolas, se sumó a las opiniones que apuntan a la imprudencia de los jóvenes como principal causa.

Las primeras investigaciones indican que los jóvenes, una vez que llegaron a la estación de Casteldefells en un tren de cercanías, cruzaron las vías en lugar de usar el paso subterráneo habilitado. No advirtieron que se acercaba un tren de alta velocidad que no tenía parada en la estación y que los embistió a casi 140 kilómetros por hora.

Dos días de duelo en Balzar
La Alcaldía de Balzar ha declarado dos días de duelo en el cantón, en memoria de Rosa María Vivar Arboleda y Carlos Mejía Aguas.

Embajador va a Barcelona
Fuentes de la Embajada de Ecuador en España indicaron que el embajador Galo Chiriboga Zambrano llega hoy a Barcelona para ayudar a concluir las labores de identificación.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)