JOSÉ CAVERO
Enseñanzas tras la tragedia
El Día, 26-06-2010Inevitablemente la cuestión se repite por doquier: ¿cómo ha sido posible una tragedia de tales dimensiones, en la estación de Castelldefels? Ciertamente, pudo haber mucha inconsciencia de pasajeros son prisa por llegar a la playa a celebrar la noche del San Juan, pudo haber una repetición del hábito de saltarse las vías para llegar antes… Pero la búsqueda de responsabilidades ya va más lejos, trata de profundizar un poco más, sobre esa temeridad y irresponsabilidad que se atribuye a las víctimas. Cruzar las vías venía siendo una práctica corriente, pero tampoco había nadie – ningún agente de seguridad – que reforzara la advertencias de los carteles…
Tras haber pasado el primer día completo tras la tragedia es evidente que quedan muchas incógnitas por resolver, empezando por la identidad de las víctimas. Se habló de 10, 12, 14, 16 en un primer momento de confusión. Luego se concretó en doce, y ahora se elevan a trece, tras la recomposición de algunas de las víctimas cuyos cuerpos resultaron troceados por la violencia del golpe de un tren de 600 toneladas a 140 kilómetros por hora. Trece a quienes no es improbable que se deba sumar alguna víctima más, de las que ahora están en la relación de heridos en situación crítica. Pero es aún una primera incógnita a resolver, cuando aún los investigadores, 19 forenses, 21 policías científicos y 31 agentes más, se enfrentan al reto de analizar los fragmentos de las víctimas para reconstruir sus identidades. La identificación puede durar varios días, mientras se prolonga la incertidumbre por la identidad de los muertos y el desasosiego de las familias. Algunos testigos del accidente que salieron ilesos tienen el convencimiento de que sus familiares o amigos han fallecido, ya que viajaban con ellos y, tras el impacto, no han vuelto a saber nada.
Las familias, sin embargo, aún no han accedido al depósito de cadáveres para identificar los restos. De las víctimas confirmadas, ocho ya están identificadas: siete son hombres y una, mujer. De los cinco restantes, cuya identidad todavía se desconoce, la consejera Tura sólo ha podido avanzar que se trata de dos hombres y tres mujeres. Dos colombianos y cinco ecuatorianos están entre los fallecidos. Y respecto a los 14 heridos, 10 siguen hospitalizados. Son, en su mayoría, jóvenes (sus edades oscilan entre los 15 y los 25 años), salvo una mujer de 45, y tres mujeres están en estado crítico. Ahora, el asunto queda en manos del juez, que ya tiene en su poder la caja negra del tren, que será clave para aclarar el siniestro. Además de la judicial, otras dos investigaciones están en marcha – una de Adif y otra de Renfe – . El maquinista del Alaris dio negativo en la prueba de alcoholemia (0,0 miligramos por litro de aire aspirado) y está recibiendo atención psicológica por la conmoción.
En cuanto a la conducta de saltar por las vías y no recurrir al túnel, peligrosa pero frecuente, está sancionada con hasta 6.000 euros de multa. Rara vez se castiga, pero el riesgo es evidente, dicen los responsables de Renfe. Esta vez, algunos lograron zafarse de la embestida del tren dando un salto hacia adelante. Pero a treinta de ellos, el Alaris de Alicante a Barcelona les pilló de pleno o les arrojó violentamente a su paso. Las autoridades insisten en que el apeadero de Castelldefels cumple con “toda la normativa de seguridad vigente”, según el ministro de Fomento, José Blanco, quien visitó a las víctimas. Eso sí, Renfe asegura que diez vigilantes de seguridad iban a entrar a trabajar siete minutos después de que se produjera el accidente precisamente para regular la avalancha de viajeros prevista por las verbenas. En el tren de cercanías en el que viajaban las víctimas circulaban unos 700 pasajeros. Lo normal en una noche como la de San Juan en una localidad costera como Castelldefels, a una veintena de kilómetros de Barcelona, con una extensa zona de playas donde miles de jóvenes celebran el solsticio de verano. Según Renfe, esa decena de agentes tenían como cometido evitar el colapso en la estación coincidiendo con la masiva llegada de personas para celebrar la verbena de Sant Joan. No hay duda de que llegaron tarde. Trágicamente tarde, para evitar la matanza…
(Puede haber caducado)