Una testigo afirma que un acusado de prostituir a nigerianas exigió 48.900 euros por haberla traído a España

El Día, TRIBUNALES, 23-06-2010

Las Palmas de Gran Canaria, EFE Una testigo ha afirmado hoy ante la Audiencia de Las Palmas que un acusado de obligar presuntamente a compatriotas nigerianas a ejercer la prostitución en el sur de Gran Canaria había exigido a una de sus víctimas que le pagara 48.900 euros por haberla traído a España.

El acusado,de nacionalidad nigeriana, además atemorizaba con hacer vudú y pegar a la citada víctima si no se prostituía, según el escrito de la fiscal, quien solicita una pena de 12 años y 20 meses de prisión para el procesado, así como penas de dos años y seis meses de prisión para otras cuatro acusadas de formar parte de esta red.

La testigo Okonofua M.E. ha señalado ante el tribunal que la víctima Uhria H, conocida por Erika, tenía que trabajar para el acusado, Moses A., y que éste la obligaba a prostituirse y la tenía controlada hasta que consiguió marcharse.

Así mismo, ha indicado que cuando se marchó Erika el acusado le dijo a la testigo, que trabajaba en un locutorio telefónico propiedad del procesado, que debía prostituirse y pagar el dinero que la otra le debía, a lo cual se negó Okonofua M.E., quien también ha declarado que Moses A. “traía a chicas” de Nigeria a Gran Canaria.

El acusado, que reside en España desde los años 90 y había conseguido primero la condición de refugiado y posteriormente la nacionalidad española, explotaba un locutorio y una peluquería en Gran Canaria, donde adquirió fama entre la comunidad nigeriana de ayudar a sus compatriotas para regularizar su situación legal, según la fiscal.

El procesado había conseguido la condición de asilado porque declaró que su vida corría peligro en Nigeria, pero viajaba a su país con la finalidad de captar y traer mujeres a España para explotarlas sexualmente.

Según el escrito de acusación, el acusado viajó en 2006 a Nigeria y trajo a Erika a Gran Canaria, donde la alojó en una casa que tenía alquilada en el municipio de Ingenio.

En esa casa residían también otras dos de las cuatro procesadas que la controlaban y la obligaban a ejercer la prostitución, según el escrito en el que figura también otra víctima protegida a la que presuntamente pegaba y obligaba a prostituirse, y a la que había quitado su pasaporte.

Ésta también estaba alojada en el piso situado en Ingenio y sólo podía salir a la calle en horas de trabajo.

El juicio, que comenzó ayer, está previsto que continúe hasta el próximo viernes.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)