Basauri. El fenómeno de la inmigración ha dado un giro de ciento ochenta grados en la última década. Si bien los movimientos continúan su ciclo, el perfil de la persona que traslada su hogar ha cambiado de forma radical en los últimos diez años. Basauri es buena prueba de ello, según pone de manifiesto un estudio elaborado por el Ayuntamiento.

Este documento refleja que aunque a mediados del siglo XX Basauri fue la tierra deseada por residentes en las zonas más rurales del Estado español, estas gentes han dado paso a un nuevo modelo de inmigrante: el llegado de otros países. Concretamente, de más de cincuenta. Los más mencionados de boca de los propios protagonistas son Rumania, Marruecos, Bolivia, Colombia y China, aunque también aparecen Portugal, Brasil, Nigeria, Italia o Congo.

En total, cuatro de cada cien basauritarras han recalado en el municipio de alguna de estas lejanas tierras rejuveneciendo la envejecida población que en las décadas de los cincuenta y sesenta llegó joven y con ilusión desde Burgos, Extremadura, Andalucía o Galicia.

El goteo de vecinos que han hecho de Basauri su casa llegados desde el resto de la península sigue existiendo. Así, el año pasado, por ejemplo, recalaron en este municipio alrededor de cuarenta ciudadanos de Burgos y Madrid. Un número escaso si se compara con los 130 nuevos residentes que llegaron desde el extranjero.

Este aluvión de llegadas ha hecho que las estadísticas se disparen pasando éstas de contabilizar un 0,34% de vecinos extranjeros en 2000 al casi 4% actual.

Al igual que lo que sucediera durante el siglo pasado, los nuevos basauritarras son jóvenes. Tienen en su mayoría entre 20 y 40 años y llegan por el mismo motivo: “la búsqueda de un porvenir mejor mediante la remuneración de su trabajo”, según explican ellos mismos en el informe.

No obstante, Basauri permanece por debajo de la media de Bizkaia en cuanto a la integración de inmigrantes en la lista de sus vecinos y sigue la línea de otras poblaciones cercanas como Arrigorriaga, un poco por encima o Etxebarri tan sólo unas décimas por debajo. Asimismo, a pesar de la llegada de los nuevos vecinos, la población basauritarra sigue decreciendo, situándose en la actualidad en los 42.600 residentes.

En los setenta, más vecinos Hay que retroceder hasta la década de los setenta para encontrar la cumbre poblacional más alta de cuantos ha visto el municipio, con cerca de 52.000 vecinos. Fue un tiempo de industrialización que dio paso a un periodo de reconversión que hizo que la población fuera disminuyendo a partir de entonces y hasta ahora.

Hoy, al igual que entonces, los inmigrantes se encuentran con problemas tales como la falta de integración, según el estudio municipal que llega acompañado de un plan de acción para tratar de salvar este escollo mediante varias acciones a desarrollar hasta 2012.

Entre ellas, la de promover el ingreso de los nuevos vecinos en el padrón, asegurar el servicio telefónico de traducción simultánea en las consultas de atención primaria y en urgencias o fomentar las actividades extraescolares.