La matrícula escolar constata que cada vez llegan menos alumnos inmigrantes a las aulas catalanas. Este año académico, 21.630 estudiantes se incorporaron al sistema educativo catalán con las clases ya empezadas – lo que se conoce como matrícula viva-.Otros 23.396 lo abandonaron, lo que da un saldo negativo de 1.766 estudiantes. El dato confirma la tendencia que se apuntó el curso 2008-2009. Entonces, 25.467 alumnos se incorporaron a mitad de curso sin que estuviera previsto, mientras que se marcharon 26.808. Era la primera vez en ocho años que se iban más chicos que los que llegaban – durante el año académico 2007-2008 se matricularon 28.156 estudiantes y 23.056 se dieron de baja-.

Estas bajas no incluyen los cambios de domicilio dentro de Catalunya; el Departament sólo cuenta los alumnos que abandonan el sistema educativo. Se desconoce si los alumnos y sus familias se van a otra comunidad autónoma o a otro país, pero la experiencia de otros años constata que la mayoría de altas y bajas a mitad de curso se debe a personas que llegan o se marchan al extranjero. La crisis económica es una de las razones que se dan para explicar este cambio.

Los datos indican además que el retorno de inmigrantes se estabiliza – si bien nunca ha sido muy numeroso-.La cifra de alumnos que se marchan ha bajado al nivel del curso 2007-2008. Sin embargo, llegan muchos menos estudiantes de fuera. La situación se repite en toda Catalunya. Por demarcaciones, Tarragona es la que pierde más estudiantes con relación a los que se incorporan – 614 alumnos menos-.La única zona que continúa ganando estudiantes a mitad de curso es Girona: 2.589 alumnos abandonaron las clases este año, pero llegaron 2.604. Barcelona ciudad, el Vallès Occidental, el Vallès Oriental y el Maresme, el Baix Llobregat o la Catalunya Central también pierden alumnos.

Los datos de inicio de curso iban en esta línea. El nuevo año escolar empezó en Catalunya con el mayor número de alumnos de los últimos 17 años: 1.204.040. Pero, por primera vez en una década, el porcentaje de estudiantes inmigrantes no creció. Los datos que presentó el Departament d´Educació indicaban que los alumnos de origen extranjero suponen este curso el 12,6% del total, mientras que en el 2008-2009 la cifra era del 13,7%. Hace diez años el porcentaje sólo alcanzaba el 2,1%.

El rápido aumento de alumnos extranjero en las aulas catalanas ha supuesto todo un reto para los profesores y también para la Conselleria d´Educació. Los docentes han tenido que adaptarse a una nueva realidad y el Departament ha puesto en marcha iniciativas para gestionar la situación, como las aulas de acogida o los asesores lingüísticos, que dan recursos a los profesores para que enseñen catalán o castellano a los alumnos recién llegados. Las mayores dificultades para atender a estos alumnos están en los últimos cursos de la ESO, porque no da tiempo a aprender el idioma. La pública escolariza a la mayoría de estudiantes inmigrantes , en torno al 80%. En centros públicos de algunos barrios con alta población inmigrante, como el Raval de Barcelona, casi el 100% de alumnos viene de fuera. Lo mismo ocurre en determinadas zonas de Vic, Terrassa o Reus.