Los vecinos creían que la recluida en Barakaldo era la pareja del detenido

El presunto secuestrador quedó en libertad en 24 horas con una orden de alejamiento

El Mundo, MIKEL OTAEGI / Barakaldo , 11-06-2010

Apenas ha estado 24 horas detenido. El hombre acusado de secuestrar a una joven durante ocho meses y convertirla en esclava sexual en la localidad vizcaína de Barakaldo entró en la comisaría de la Ertzaintza en Sestao el martes a primera hora de la tarde y para el miércoles por la mañana estaba ante el juez en Barakaldo, que, a la espera de que se celebre el juicio, decretó su libertad con la obligación de presentarse en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes y con una orden de alejamiento respecto a la víctima. Sus vecinos jamás habían visto nada extraño e incluso hubo quien aseguró que la joven había salido y entrado de la casa sola, libremente.

Los hechos por los que se le acusa, detención ilegal, abusos sexuales, lesiones y vejaciones, comenzaron hace ocho meses en Valencia, según informó el Departamento vasco de Interior. La mujer, de 21 años y origen norteafricano, residente entonces de la comunidad levantina, se postuló para un trabajo de labores domésticas que ofertaba el imputado, un hombre de 47 años, a través de una empresa de servicios. Vecinos de la vivienda de Barakaldo aseguraron ayer que el acusado vivía «entre Valencia y este piso».

Pero las promesas de la oferta laboral desaparecieron con la cruda realidad una vez en el municipio vizcaíno. En el primer piso del número doce del Paseo de los Fueros de Barakaldo, entre dos despachos de abogados, la víctima permaneció ocho meses recluida, «manteniendo relaciones sexuales contra su voluntad», «vejaciones, insultos y agresiones físicas, fruto de las cuales ha perdido diez kilos de peso», de acuerdo al relato ofrecido por la Ertzaintza. Según esta misma narración, el captor la mantenía bajo llave, «únicamante podía salir una o dos horas cada semana o quincena para comunicarse con su familia».

Del salario prometido sólo recibía «unas pequeñas cantidades de dinero», que enviaba a su familia en las escasas salidas que realizaba, siempre acompañada del supuesto secuestrador «o de personas de confianza de éste: un amigo de 59 años y un hijo menor de edad, que vivía en el domicilio con su padre». En una de esas salidas la joven se armó de valor y pidió auxilio a través del 112 de SOS Deiak. La Ertzaintza acudió al domicilio, arrestó al presunto autor y puso a salvo a la víctima. Ayer, en declaraciones a Antena 3 y Tele 7, el hijo del presunto secuestrador, acusado, junto al amigo de 59 años, de colaborador de los delitos acontecidos, aseguró que la joven de 21 años «no estaba ni secuestrada ni nada de eso. ¿Secuestrada en un piso? Tiene un mirador… Es imposible. Ha salido a la calle con mi padre, como en una relación normal», Además, la puesta en libertad de su padre es, a su modo de ver, sinónimo de que no hay pruebas contra él.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)