Ocho meses en el infierno

La Ertzaintza libera a una joven retenida como esclava sexual en Barakaldo w Los vecinos definen al arrestado, que ya está en libertad, como una persona "educada"

Deia, Aitor Alonso, 11-06-2010

Barakaldo. Paseo de los Fueros número 12, en Barakaldo. Para la mayoría de los mortales, un portal más en la zona centro de la localidad fabril. Una pesada puerta de hierro que a diario observa el ir y venir estresado de miles de personas que, indiferentes, pasan corriendo camino de su trabajo, de su colegio o simplemente van a coger el metro. Para una joven de 21 años, atravesar ese dintel ha sido lo más parecido a adentrarse en el mismísimo averno en vida. La mujer ha permanecido retenida durante ocho meses en una vivienda hasta que el martes pudo denunciar su situación y fue liberada por la Ertzaintza. Ahora se encuentra “en lugar seguro”, protegida por los servicios del Área de Igualdad del Ayuntamiento baracaldés.

El inmueble, construido seguramente a comienzos del siglo pasado, tiene un estrecho portal y una amplia escalera de madera con peldaños muy anchos. La comunidad ha aprovechado el hueco para instalar un ascensor que facilita la vida a los vecinos de mayor edad, aunque muchos siguen optando por subir y bajar andando, como antaño, aunque lleven en la mano las bolsas de la compra. La luz no dura encendida mucho tiempo y es complicado encontrar el interruptor en la pared. Hay que palpar con tiento la pared hasta que se encuentra el botón. Dos pisos tienen un letrero a la entrada con la palabra abogado. La vivienda donde se ha producido esta truculenta historia se encuentra situada en la primera planta.

El vestíbulo tiene una iluminación tenue de color rojizo que le proporciona un ambiente tenebroso. La puerta de la vivienda es altísima. No hay nada que desentone ni que le otorgue un matiz especial sobre otros pisos de una gran ciudad. Pero dentro de esas cuatro paredes, la muchacha, de origen magrebí, ha sufrido un auténtico infierno.

Contratada en Valencia La joven fue contratada a finales del año pasado para realizar las labores domésticas a través de una empresa de Valencia, lugar donde tenía fijada su residencia. Pero al llegar a Barakaldo se acabó el cuento de hadas. Según se recoge en la denuncia que ha presentado, y parte de cuyo contenido fue dado a conocer ayer por la Ertzaintza, una vez asentada en la localidad fabril, la víctima ha permanecido estos meses realizando el trabajo doméstico sin recibir retribución y manteniendo relaciones sexuales en contra de su voluntad. Además, durante este tiempo, la mujer ha sido víctima de vejaciones, insultos y agresiones físicas. La angustia le ha hecho perder diez kilos de peso.

Los agentes detuvieron a A. O., 47 años y propietario del piso, acusado de un presunto delito de detención ilegal, abusos sexuales, lesiones y vejaciones. No obstante ayer se encontraba ya en libertad con la obligación de presentarse los días 1 y 15 de cada mes ante las autoridades judiciales.

Dentro de la misma operación, también han sido arrestados un amigo de 59 años y su hijo de 18, imputados por tener conocimiento de los hechos y no hacer nada por evitarlos. El juez ha dictaminado una orden de alejamiento sobre la víctima para los dos primeros.

Muchos vecinos salían y entraban ayer corriendo para evitar ser abordados por los medios de comunicación que se agolparon frente al portal. Los pocos que hablaron manifestaron no haber visto ni oído nunca nada que les hiciera sospechar y describieron a A.O. como un vecino corriente. “Es un tío muy educado y un vecino tranquilo. Yo nunca he escuchado gritos provenientes de esa casa”, comentó uno de los letrados. “Era una persona que vive a caballo entre Valencia y Barakaldo”, añadió otra residente.

Esta aparente tranquilidad que se respiraba en la vivienda y el hecho de que la joven nunca gritara ni pidiera auxilio era de las cuestiones que más chocaba ayer en la comunidad. Según relató la Er – tzaintza, la chica permanecía encerrada bajo llave cuando se quedaba sola y únicamente podía salir una o dos horas de vez en cuando a un locutorio para comunicarse con su familia, a la que ocasionalmente podía enviar pequeñas cantidades de dinero. Esas salidas las realizaba siempre acompañada de su presunto secuestrador o con personas de confianza: el amigo e, incluso, el hijo. Precisamente, en una de esas salidas, la mujer pudo pedir auxilio a través del teléfono 112 de SOS Deiak. La Ertzaintza acudió a la llamada de socorro y accedió a la vivienda. Tras conocerse este caso, la Dirección de Atención a las Víctimas de Género del Gobierno vasco manifestó su “más enérgica condena y repulsa” ante estos hechos. El Ayuntamiento de Barakaldo, por su parte, ha anunciado que se presentará como acusación popular en el juicio. Argitan y la Asociación de Trabajadoras de Hogar han convocado hoy una concentración a las 19.30 horas en la plaza Bide Onera.

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