Un hombre señala la vivienda donde presuntamente se retuvo a la mujer durante meses. :: L. A. GÓMEZ

Un vecino de la localidad vizcaína de Baracaldo está acusado de los presuntos abusos sufridos por una joven marroquí de 21 años a la que retuvo durante casi ocho meses en los que supuestamente la maltrató y utilizó como esclava sexual. Los hechos se desarrollaron con la presunta complicidad de otros dos varones, uno de ellos menor de edad, que también fueron acusados como presuntos encubridores. Mientras la mujer se recupera de lo sucedido «en un lugar seguro», los tres detenidos fueron puestos ayer en libertad tras prestar declaración ante el juez a la espera de juicio.

Una llamada al teléfono de emergencias 112 de la víctima sacó a la luz la truculenta historia el pasado martes. A finales de 2009, Aquilino O., de 47 años, contrató en una empresa de trabajo temporal de Valencia a la mujer marroquí, a la que ofreció trabajo como asistenta interna. Desde su llegada a Vizcaya, además de no salir casi a la calle y no recibir el sueldo estipulado, la chica presuntamente padeció constantes vejaciones, malos tratos y abusos por parte de su jefe, que actuó con la connivencia de su hijo, de 17 años, y un amigo de 56, que también reside en la localidad pese a haber nacido en la Comunidad Valenciana.

Parte de lesiones

Fuentes del Departamento de Interior del Gobierno vasco aseguraron ayer que el principal acusado en la operación no contaba con ningún antecedente penal hasta la fecha. Desde el martes se le acusa de presunta detención ilegal, abusos sexuales, lesiones y vejaciones. Este hombre no apareció ayer por la que ha sido su casa durante los últimos siete años pero fue defendido públicamente por su hijo, que también está imputado. El chaval aseguró en una televisión de ámbito nacional que todo el incidente es «una invención» de la joven, que permanecía en la casa «por su propia voluntad». Sin embargo, el parte de lesiones elaborado por los médicos del Hospital de Cruces la tarde del martes confirma que la mujer tenía el cuerpo lleno de hematomas y que sufrió abusos sexuales. A la espera de novedades, el acusado está obligado a presentarse en un Juzgado cada 15 días y la víctima, cuya identidad no se ha desvelado «para preservar su seguridad», sopesa volver a Valencia.

Por su parte, el Ayuntamiento de Baracaldo se personará como acusación popular en el juicio contra el supuesto agresor. Para denunciar los hechos, el centro asesor de la mujer Argitan y la asociación de Trabajadoras del Hogar de Vizcaya convocaron una concentración en la plaza Bide Onera de la localidad.