Los liberales vencen por la mínima en las elecciones holandesas
Los comicios pueden abrir las puertas a un gabinete liberal, después de un siglo de alternancia entre democristianos y socialdemócratas
ABC, , 10-06-2010Los liberales de derecha (VVD) han ganado por un escaño las elecciones a los laboristas (PvdA) en Holanda, mientras que el país vive un despegue espectacular de la extrema derecha antimusulmana, que se convierte en la tercera fuerza política y aspira a formar parte del gobierno.
Tras el recuento del 96,5 por ciento de los votos, la derecha liberal logra diez escaños más que en los anteriores comicios y acumula 31, mientras que los laboristas, con 30 asientos, pierden tres respecto a 2006.
Es la primera vez que los liberales del VVD ganan las elecciones en Holanda y su líder, Mark Rutte, cuenta con todas las papeletas para ser el nuevo primer ministro.
Los grandes derrotados son los democristianos (CDA), que obtienen apenas 21 escaños, prácticamente la mitad de los obtenidos en 2006, y quedan relegados como cuarta fuerza política después del antimusulmán Geert Wilders (PVV). Esta caída en picado ha costado la cabeza al hasta hoy primer ministro, Jan Peter Balkenende, que con enorme decepción ha dimitido como líder de su partido y abandonado la política. El partido de extrema derecha del antimusulmán Wilders es el vencedor real de los comicios, al ser el que más escaños aumenta respecto a los comicios anteriores. Con un aumento de 15 asientos, Wilders ha sumado un total de 24 parlamentos, con lo que se presenta como aspirante para entrar en el gobierno.
Con este reparto de diputados, una alianza entre liberales y democristianos con el PVV obtendría una mayoría ajustada de 76 escaños, con lo que Holanda podría reflejar en su próximo gobierno el giro a la derecha que ha hecho el electorado.
El índice de participación ha alcanzado un 74 por ciento, claramente por debajo del 80,35 por ciento de votantes que acudieron a las urnas en 2006.
A pesar de todo y teniendo en cuenta que Holanda es uno de los países de la UE donde los efectos de la crisis se han notado menos, los holandeses han ido esta vez a votar más preocupados por la situación económica que por los desencuentros con la inmigración. El democristiano Jan Peter Balkenende puede decir con satisfacción que «desde 2002, cuando empecé a gobernar, hasta hoy la situación ha mejorado», pero su partido, el PVDA, ha sufrido un serio castigo y del primero ha pasado al cuarto puesto.
En cabeza de todas las fórmulas para formar nuevo Gobierno está Mark Rutte, un liberal a la holandesa, es decir, un partidario radical de la liberalización económica y del estricto adelgazamiento del Estado. El VVD de Rutte ha llegado en cabeza pero empatado prácticamente con los laboristas, lo que complica las fórmulas de coalición.
En Holanda, la política de pactos es también muy peculiar. Balkenende ha gobernado 8 años con cuatro fórmulas de coalición diferentes, de modo que es bastante probable que el CDA tenga que estar en la nueva fórmula de Gobierno. Lo que falta saber es si Rutte necesitará y en su caso aceptará sumar los diputados de Wilders con su carga xenófoba y a qué precio.
La mayoría de los ciudadanos de Almere que reconocieron haber votado al PVV en las municipales dicen que lo hicieron «porque no era un voto nacional». Esta vez pensaban que seguiría teniendo apoyos en algunas ciudades, pero no en el campo. Por contra el candidato de la izquierda, el laborista Job Cohen, ex alcalde de Amsterdam, ha logrado un éxito innegable al empatar con los liberales, pero tiene menos posibilidades de organizar una mayoría. Su reputación política es intachable, pero en la campaña han salido a la luz sus puntos débiles.En uno de los debates le preguntaron cómo pensaba arreglar el déficit de la sanidad pública y salió del paso diciendo que «no me acuerdo de las cifras».
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