La crisis condena a la pobreza a 4.000 familias y la exclusión afecta ya a 24.000 en Gipuzkoa

el 70% de las atenciones de cáritas va dirigido a inmigrantes con problemas de subsistencia

Aumentan las ayudas en más de medio millón de euros por efecto de la crisis y la mayor parte va destinada al alquiler

Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal, 05-06-2010

donostia. Horizonte sombrío el que dibujan los indicadores sobre los niveles de exclusión social. La crisis parece haberse convertido en una eterna compañera de viaje que sigue descolgando a miles de familias. Son ya más de 24.000 las personas acuciadas por las necesidades más básicas en Gipuzkoa que se vieron obligadas a pedir ayuda en los centros de Cáritas durante 2009, un 25% más que el año anterior. Respecto a 2008, hay 4.217 personas y familias más atendidas, en un incremento de niveles de vulnerabilidad difícilmente imaginable.

El 70% de estos “nuevos pobres” son inmigrantes que ya transitaban por la cuerda floja y que, ahora sin empleo, no encuentran siquiera los medios para procurarse una vivienda y unas condiciones de vida medianamente dignas. El 30% restante son familias guipuzcoanas de vida estructurada que, dejando a un lado el pudor, se han visto obligadas a solicitar ayuda por vez primera, ya que se encuentran entre ese 10% de población activa en paro – más de 40.000 personas en Gipuzkoa – que no vislumbra por ningún lado el modo de salir del atolladero.

Estos datos tan elocuentes sobre la realidad de la pobreza y la exclusión social que sacude a Gipuzkoa fueron ofrecidos ayer en Donostia, en la presentación de la memoria de Cáritas referente al año pasado.

desde la atalaya Precisamente, hace unos días, las Juntas Generales instaban al Gobierno Vasco a actualizar los datos sobre la pobreza, que se obtienen a través del Eustat cada cuatro años y se han convertido en apenas un bosquejo del drama diario que sacude a tantas familias, después del giro de 180 grados experimentado desde que arrancó la crisis. Cáritas se ha convertido en ese sentido en la atalaya desde la que se vislumbra un panorama, ciertamente, desolador.

El delegado episcopal de Cáritas, Joserra Treviño, en la línea que viene observando en los últimos tiempos, lo expresó bien claro. “Constatamos que la crisis ha golpeado a los colectivos más vulnerables. Miles de personas y familias que se mantenían en el umbral de la pobreza y la precariedad han entrado de lleno en la pobreza severa y la exclusión social”, aseguró, para trazar a renglón seguido el perfil de los más afectados por la difícil coyuntura. “Podemos afirmar que son los inmigrantes quienes, en mayor medida, se han visto afectados. Pero también mujeres solas con hijos a su cargo, personas recientemente insertadas, aquellas que presentan discapacidad, jóvenes, autónomos y familias autóctonas con pocos recursos”, detalló en lo que parecía una lista interminable.

Se trata, en suma, de una creciente bolsa de exclusión que refleja bien a las claras “el fracaso de un sistema neoliberal” que “antepone el lucro y el beneficio a la dignidad de la persona”. En este sentido, tal y como revela el VI Informe Foessa, los años de bonanza económica no sirvieron precisamente para repartir la riqueza, según denunció ayer el delegado episcopal.

El director de Cáritas, Alfonso Muro, detalló que las personas que llegan solicitando ayuda a la entidad “vienen acuciadas por las necesidades materiales pero también manifiestan sufrimiento y necesidades de índole humana”. En ese sentido, habló de rupturas familiares, problemas de salud y adicciones, en un número creciente de casos, que vienen a demostrar “el fracaso de su proyecto vital” en tan difícil coyuntura.

Respecto al dinero que ha sido preciso invertir para atender el aumento de solicitudes, Muro explicó que las ayudas directas se han incrementado en más de medio millón de euros con respecto a 2008, lo que supone un 24% más que el año anterior. Resulta muy elocuente constatar que el 70% de esas partidas ha ido destinado al pago de alquileres de vivienda y el resto a la subsistencia. En total, Cáritas ha invertido más de seis millones de euros, de los cuales un millón y medio han servido para sufragar proyectos de cooperación internacional en los pueblos del Tercer Mundo. En cuanto a la procedencia de estos recursos, un 58% son fondos propios y un 42% públicos.

Treviño aprovechó la comparecencia para hacer un llamamiento a las instituciones y, al igual que está haciendo la Confederación de Cáritas en el conjunto del Estado en el marco del año europeo de lucha contra la exclusión y la pobreza, instó a desarrollar políticas sociales que “defiendan y aseguren la vida digna de todos los ciudadanos”. Especialmente, subrayó, la vida de aquellas personas afectadas por las consecuencias de la crisis.

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