manuales sobre convivencia

Pupitres sin "friquis"

Cuarenta mil familias vizcainas son las destinatarias de unos manuales sobre convivencia y educación enfocados a jóvenes, profesores y progenitores

Deia, Raquel Ugarriza, 05-06-2010

Bilbao

SI no te gusta que te pongan etiquetas, por ejemplo, el friqui, ¿por qué lo haces tú?". Es una de las ideas que refleja una guía para jóvenes editada recientemente por la Fecapp, la Federación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos de Bizkaia, que ha detectado que la principal inquietud de las familias es la convivencia de sus hijos en el ámbito educativo. “El respeto debe ser una actitud que no sólo se practique en las aulas sino en cualquier entorno de la convivencia”, explica el presidente de la asociación, Javier Rodeño. Por ese motivo, la iniciativa cuenta además con otras dos guías destinadas, respectivamente, al profesorado y a los progenitores. El objetivo de Fecapp es que los manuales, editados en euskera y castellano, acaben llegando a 40.000 familias vizcainas a través de los centros escolares y las asociaciones de madres y padres de alumnos (ampas).

María Jesús Esturo, madre y profesora en el instituto público Artaza, en el barrio getxotarra de Romo, tiene muy claro cuál es el consejo que quiere transmitir a sus compañeros docentes a la hora de fomentar los valores de la convivencia. “Tenemos que crear espíritus críticos, enseñar a los alumnos a reflexionar el porqué de las cosas”. Elena Díaz la mira, suspicaz, desde sus 15 años de edad. Cursa 4º de la ESO en el colegio San Pedro Apóstol, en Bilbao, y apostilla: “Eso es muy difícil, ¿cómo se hace?”. Ellas dos y Pilar Bernal, de la Ampa de Jesuitas Indautxu y miembro de la directiva de la Fecapp, se enfrascan en el debate mientras concluye la presentación en sociedad de los manuales. Pilar recomienda a los progenitores que “siempre que oigan la palabra derechos la unan a deberes y siempre que se hable de libertad la unan a responsabilidad. Es importante lo que se vive en casa, porque la convivencia sale de la vivencia”. ¿Y cuál es el consejo de una muchacha de 15 años a sus compañeros para mejorar las relaciones en el aula? Algo muy práctico: “Que se ayuden, aunque para eso es mejor que una clase sea pequeña y así funciona mejor”.

disciplina Las tres coinciden en que la falta de respeto mina la convivencia en el aula. Los años de experiencia y tutorías hacen que María Jesús imprima autoridad en cada una de sus palabras. “Aunque la disciplina está mal vista, es sinónimo de respeto. A mis alumnos les digo al inicio del curso: aquí las cartas las repartimos entre todos y las jugamos todos. Si faltas el respeto a tu compañero, de rebote me lo estás faltando a mí porque has roto la baraja. Las normas de convivencia puestas por el grupo a principio de curso son fundamentales”. Elena, aquí también, proporciona un baño de realidad: “En realidad, no sé si los alumnos ponemos las normas porque pensamos que las tenemos que cumplir o porque nos lo pide el profesor”.

El acoso escolar, las conductas disruptivas – el clásico mal comportamiento de aquellos escolares que rompen la dinámica de la clase – y la masiva incorporación de alumnos de otras culturas a las aulas tejen algunas de las complicaciones para la convivencia que se detectan en los centros escolares. Especialmente, esta última, “preocupa” porque se tiene “temor a lo desconocido”, explica la docente. “Estoy en un centro en el que hay muchos alumnos inmigrantes y la convivencia es perfecta, no veo un rechazo, pero es cierto que a veces esos jóvenes tienen que reaprender los hábitos sociales. Nos preocupa mucho cómo recibimos a esos niños, cómo los acogemos… La convivencia es muy peliaguda, ¿pero es que los mayores saben convivir entre iguales?”, se interroga María Jesús.

Elena apostilla que la relación es buena aunque “al principio cuesta un poco. Pero nos da igual de dónde sean los compañeros”. La convivencia con los escolares de otras culturas, parece decir, no es un problema para los jóvenes. La profesora lo confirma: “El problema es de los adultos, porque vosotros – dice, mirando a la adolescente – estáis conviviendo todos los días con la necesidad de ser tolerantes”.

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